Hace unas horas murió Carlos Fuentes. Por alguna razón que se me escapa -pero a Jung seguramente no-, a poco de despertar esta mañana pensé en unas palabras suyas. Ahora, de su alfabético libro de ensayos "En esto creo", copio estas otras:
MUERTE
Cuando se trata de acompañar a la muerte, ¿cuál es el
tiempo válido para la vida? Freud nos advierte que lo que no tiene vida existió
con anterioridad a lo vivo. El fin de toda vida es la muerte, una reina
todopoderosa que nos precedió y seguirá aquí cuando desaparezcamos. ¿Nos
anunció antes de ser? ¿Nos recordará después de haber sido? O más bien, la nada
que nos precedió y que nos seguirá, ¿sólo se vuelve consciente en tanto
naturaleza, no en tanto nada, gracias a nuestro paso por la vida? La muerte
espera al más valiente, al más rico, al más bello. Pero los iguala al más
cobarde, al más pobre, al más feo, no en el simple hecho de morir, ni siquiera
en la conciencia de la muerte, sino en la ignorancia de la muerte. Sabemos que
un día vendrá, pero nunca sabemos lo que es. La esperamos con grados diferentes
de aceptación, de furia, de tristeza, de cuestionamiento, de arrepentimiento,
de eso que Xavier Villaurrutia llamaba nostalgia de la muerte. Hacemos el
balance de nuestra vida, pero sabemos que el verdadero fiscal es la muerte y que
su veredicto lo conocemos de antemano.
De: En esto creo, Seix Barral, México, 2002.
Uno de los mejores escritores que he leído: Aura, Cambio de piel y La región mas transparente, un ícono del boom latinoamaricano. Sus historias llenas de aristas y de callejones sin salida, dieron pie a una reinvención del idioma castellano. Nunca antes se había escrito en español, como Carlos Fuentes lo hace en La región mas transparente.
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