28 mar 2010

James Joyce. Lectura de Finnegans Wake

A la memoria de E.

"Si hubiera sabido que el final del túnel era también la entrada, no habría hecho toda la travesía".
R. Devos., citado por J. Allouch

When they were yung and easily freudened….

Dicen por ahí que la literatura debe al psicoanálisis la obra de James Joyce (1882-1941). No lo sé pero, de ser así, en ningún otro libro del autor irlandés como en Finnegans Wake (1939) sonaría más alto -y página por página- la voz de dicha deuda. Al parecer, Joyce freudeneaba desde joven (no sin aversión, diría más tarde Lacan) y puede decirse que su obra postrera es un libro -si no freudiano- bien afreudeneado.
"A scene at sight. Or dreamoneire. Wich they shall memorise. By her freewritten. Hopely for ear that annalykeses if scars for eye that sumns". (280)
Se sabe que en los estantes de la biblioteca de Joyce en Trieste (cuna del psicoanálisis en Italia, by the way) reposaban ejemplares de La interpretación de los sueños,  la Psicopatología de la vida cotidiana y el libro sobre el Witz; los textos canónicos, como se dice, acerca del inconsciente. Pero si le preguntaban sobre su relación con Freud, a Joyce le gustaba decir que Freud significa “alegría” en alemán, igual que Joyce en inglés. Al responder de esa manera, para Ricardo Piglia, lo que el escritor irlandés decía era: “Yo estoy haciendo lo mismo que Freud”. No lo sé. Pero es cierto que -como "experiencia límite de la literatura"- Finnegans Wake “se construye en gran medida sobre la estructuración formal que se puede inferir de una lectura creativa de la obra de Freud: una lectura que no se preocupa por la temática sino por el modo en que se desarrollan ciertos modos, ciertas formas, ciertas construcciones”.
"And now upright and add them! And plays be honest! And pullit into your self, as on manowoman do another! Candidately, everybody! A mot for amot. Comong, meng, and douh! There was this, wellyoumaycallher". (396)
Joyce llegó a revelar que compuso esta obra a base de lapsus langways, falsemeaning adamelegy, lowquacity, any way words all in one soluble, counterpoint words, entre otros tropos de su propio cuño o inspirados por Saint Calembournuss  (patrono del pun), que sitúan el lenguaje del texto en un puente entre las operaciones del proceso primario freudiano y una suerte de lengua primigenia, “fundamental”, adánica (past Eve and Adam's) y residual, hecha de resabios de otras lenguas, una lengua que -como todas desde de Saussure- es un puro sistema de diferencias, y que introduce en la de cada uno la lengua del otro; confusión de lenguas en cuyo mare mágnum significante suena la risa del Otro, su risa de tercera persona...
"Let thor be orlog, Let Pauline be Irene. Let you be Beeton. And let me be Los Angeles. Now mesure your lenght. Now estimate my capacity. Well, sour? Is this space of our couple of hours too dimensional for you, temporizer? Will you give you up? Como? Fuert it?" (154)
Durante los diecisisete años de vida que le absorbió su creación, Joyce llamó a su obra un work in progress, o sea, un dispositivo de escritura abierto y cambiante, fluvial, que dio como resultado un libro de estructura circular que termina exactamente en el punto donde empieza, escandido a mitad de una frase en su principio (riverrun, que alude al río Liffey) y su final (A way alone a last a loved a long the). Ya en el primer párrafo, en efecto, se anuncian las concepciones de Vico (commodious vicus), el filósofo italiano que veía en el transcurrir de la Historia un viaje circular. En el trayecto del libro joyceano, pareciera que el recorrido no lleva a nada, no trata de nada (“no se preocupa por la temática”) pues, como reza la conocida expresión de Beckett, en este libro Joyce no escribió sobre algo y escribió, en cambio, algo.
"But boy, you did your strong nine furlong mile in slick and lapstick record time and a far fectched deed it was in troth, champion docile, with your high bouncing gait of going and your feat of passage will be contested with you and through you, for centuries to come. The phaynix rose a sun before Erebia sanks his smother". (473)
En Finnegans Wake las palabras parecen estar menos lejos de las cosas, y se diría incluso que -en la medida en que escriben algo- se aproximan a hacerse cosas.
"Withr a clonk? Vartman! See you not soo the pfath they pfunded, oura vatars that arred in Himmal, harruad bathar namas, the gow, the stiar, the tiagara, the liofant, when even thurst was athar vetals, med trefoils slipped the sable rampant, hoof, hoof, hoof, hoof, papadopodopudupedding on fattafottafutt. Ere we are! Signifying, if tungs may tolkan, that primeval conditions gradually receded but nevertheless the emplacement of solid and fluid having to a great extent persisted through intermittences of sullemn fulminance, sollemn nuptialism, sallemn sepulture and providential divining, making possible and even inevitable, after his a time has a tense haves and havenots hesitency, at the place and period under consideration a socially organic entity of a millenary military maritory monetary morphological circumformation in a more or less settled state of equonomic ecolube equalobe equilab equlibrium. Gam on, Gearge! Nomorphemy for me!" (599)
Por ello, si bien se le ha llamado (con y desde la razón) "ilegible" es un libro que, cuando se lee, pide ser leído en voz alta. Además del soporte físico de la escritura, de la materialidad de la letra, la palabra joyceana solicita la participación del cuerpo del lector mediante el aliento, la enunciación significante de la voz. En la lengua materna del texto (un inglés que, a decir de Phillipe Sollers, hace que después del libro tal idioma no exista más, es decir que hace del inglés una lengua muerta; paradójica mezcla pulsional, pues se trata en realidad de una lengua orgánica) la palabra está en una constante tensión hacia lo corporal.

Tal vez por eso dijo Lacan que “si el Finnegans Wake resulta legible, es porque está presente el  goce de quien lo escribió”.
"In the house of breathings lies that word, all fairness. The walls are of rubinnen and the glittergates of elfinbone. The roof herof is of massicious jasper and a canopy of Tyrian awning rises and still descends to it. A grape cluster of lights hangs therebeneath and all the house is filled with the breathings of her fairness, the fairness of fondance and the fairness of milk and rhubarb, and the fairness of roasted meats and uniomargrits and the fairness of promise with consonantia and avowals. There lies her word, you reader!" (249)
Aquí en la voz del autor:

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