tag:blogger.com,1999:blog-64351817988782418902024-03-05T13:07:26.147-06:00La biblioteca del psicoanalista y su escritorioReseñas, semblanzas, documentos y literatura gris para el psicoanálisisGabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.comBlogger91125tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-86622914065330912372013-04-15T13:31:00.003-05:002014-01-22T09:06:50.142-06:00El nudo borromeo de Calvino a Lacan<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<a href="http://conversacionesenlabiblioteca.files.wordpress.com/2010/12/italo-calvinoint.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://conversacionesenlabiblioteca.files.wordpress.com/2010/12/italo-calvinoint.jpg" height="320" width="236" /></a><a href="http://conversacionesenlabiblioteca.files.wordpress.com/2010/12/italo-calvinoint.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"></a></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: x-small;">En 1901, una vuelta al mundo duraría 33 días.</span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: x-small;">Julio Verne</span></div>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
En <i>Colección de Aren</i>a, delicioso libro a caballo entre la crónica y el diario de viaje (donde se mezcla la reseña de obras, exposiciones insólitas con el inventario de cosas extraordinarias vistas y oídas por aquí y por allá), el escritor italiano <b>Italo Calvino</b> ofrece el breve texto "Dígalo con nudos", reseña de la exposición "Nudos y ataduras" que tuvo lugar en Paris en 1983. De los mensajes de paz y de guerra cifrados en los árboles de la Nueva Caledonia a los nudos dibujados en el aire por los monjes budistas, pasando por los <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Quipu">quipus</a> incas y una trenza llamada "Origen-del-verbo" (sin dejar de lado el arte contemporáneo), el escritor nos recuerda que desde tiempos casi inmemoriales los nudos han constituido una expresión humana en la que lenguaje y escritura se hermanan del modo más primordial; pues los nudos -dice- eran un instrumento que permitía fijar textos por escrito incluso antes de que advinieran otras formas de escritura. Pero cito en extenso el párrafo final de "Dígalo con nudos":<br />
<div class="MsoNormal">
<blockquote class="tr_bq">
<span style="color: #f6b26b;">En el catálogo de la exposición, organizada por Gilberto
Lascault, se presenta también un ensayo-relato de un matemático, Pierre
Rosenstiehl. Porque los nudos, como configuraciones lineales de tres
dimensiones, son el objeto de una teoría matemática. Entre los problemas que
plantean están los del «nudo borromeo» (tres anillas enlazadas de las cuales
sólo la tercera sujeta las otras dos). El «nudo borromeo» ha sido muy
importante también para Jacques Lacan: véase, en el Seminario XX, el capítulo
«Anillas de cuerda».</span><br />
<span style="color: #f6b26b;">Nunca me
atrevería a tratar de definir con mis palabras la relación del nudo borromeo
con el inconsciente según Lacan; pero me aventuraré a formular la idea
geométrico-espacial que de él he conseguido hacerme: el espacio tridimensional
tiene en realidad seis dimensiones porque todo cambia según que una dimensión
pase por encima o por debajo de la otra, o a izquierda o a derecha de la otra,
como en un nudo.</span><br />
<span style="color: #f6b26b;">Esto se debe a
que en los nudos la intersección de dos curvas no es nunca un punto abstracto,
sino aquel en el cual se desliza o gira o se enlaza la punta de una soga,
cuerda, cable, hilo, cordel o cordón, por encima, por debajo o en torno a sí
mismo o a otro elemento similar, como resultado de los gestos bien precisos de
un gran número de oficios, del marinero al cirujano, del remendón al acróbata,
del alpinista a la costurera [...] , del pescador al embalador, del carnicero al
cestero, del fabricante de alfombras al afinador de pianos, del acampador al
que hace asientos de paja, del leñador a la encajera, del encuadernador de
libros al fabricante de raquetas, del verdugo al ensartador de collares... El
arte de hacer nudos, culminación de la abstracción mental y de la manualidad a
un tiempo, podría ser considerado la característica humana por excelencia,
tanto como el lenguaje o más aún...</span></blockquote>
No sería errado añadir a la lista de oficios de <b>Calvino</b> el oficio de analista, al menos el de analista lacaniano. Es que por más que diga no aventurarse en las elaboraciones de <b>Lacan</b>, parte de lo dicho por el escritor resuena cerca de algunos planteamientos que aquél hiciera en la primera lección del seminario <i>Les non dupes-errent</i>; es decir, apenas unas semanas después de presentar el borromeo en la penúltima lección del llamado seminario XX (<i>Encore</i>). El 13 de noviembre de 1973, después de asociar por primera vez en su enseñanza los tres célebres redondeles al ternario RSI -las tres dimensiones (escritas <i>dit-mansion=</i>residencia del dicho) que "si el inconsciente existe" habita el ser hablante-, <b>Lacan</b> insiste en que el espacio <a href="http://www.fileden.com/files/2009/9/24/2584186/viaje%28errer%29.png">que<i> impone</i></a> la estructura nodal debe ser pensado de un modo no cartesiano, pues "se trata de un espacio cuyos puntos se determinan muy de otra manera". Y entonces habla del calce del nudo, calce que vendría a determinar un punto, dice <b>Lacan</b>: "El calce se escribe algo así como que si ustedes tiran en alguna parte de uno cualquiera de esos redondeles de hilo, verán que hay un punto, un punto que está en alguna parte allí donde los tres se calzan (...) hacen falta tres para determinar un punto". Y, como decía<b> Calvino,</b> no se trata de un punto abstracto; podemos escribirlo así:<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi36BEvyAO9dO5qzJ_moSsmbieQ2FvpJn80XIIEP_n_Eoe6HDX5ojkeh8019AMCMmu54bd9GVMBdVd9_Sjr7ye4boj0Z2U_GV-hD-tUOv3og_SISmnXDw-rEKYy0uBY8LnTTM3-E_3h-ksA/s1600/Triskel.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi36BEvyAO9dO5qzJ_moSsmbieQ2FvpJn80XIIEP_n_Eoe6HDX5ojkeh8019AMCMmu54bd9GVMBdVd9_Sjr7ye4boj0Z2U_GV-hD-tUOv3og_SISmnXDw-rEKYy0uBY8LnTTM3-E_3h-ksA/s320/Triskel.jpg" height="260" width="320" /></a></div>
<br /></div>
<br />
La lúcida intuición del escritor también da en un clavo que el psicoanalista usó para colgar el borromeo en el frontispicio de su enseñanza: la orientación. En la misma lección del seminario <i>Les non dupes</i>... <b>Lacan </b>observa que no existe una única manera de hacer el nudo, y señala la diferencia existente entre el nudo levógiro (orientado a la izquierda) y el nudo dextrógiro (orientado a la derecha), así como las diferentes series de ordenamiento a las que dan lugar. Si asignamos una letra a cada redondel (<b>R, S, I</b>), siguiendo la ley factorial (1 x 2 x 3) obtendríamos seis órdenes posibles:<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<b>ISR</b></div>
<div style="text-align: center;">
<b>RIS</b></div>
<div style="text-align: center;">
<b>SRI</b></div>
<div style="text-align: center;">
<b>RSI</b></div>
<div style="text-align: center;">
<b>SIR</b></div>
<div style="text-align: center;">
<b>IRS</b></div>
<div style="text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
seis series que corresponden a las dos orientaciones del nudo. <b>Lacan</b> no las escribe en esa ocasión, pero coloreando los redondeles se obtienen escrituras así:<br />
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMAcWbl4Sx4T3K3Kq_s8eu7SsMy0aMW7Db-6v90maQPqcgvtYa60yDCogJ8TxNTWKATqdZ0A9fcYtXCMpURG91G-_80o5AkQ3MyeQm86YuLUMleW-VeePHarg3jKJ7uYd8GDFJwa1Yw_c5/s1600/Dextr%C3%B3giro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMAcWbl4Sx4T3K3Kq_s8eu7SsMy0aMW7Db-6v90maQPqcgvtYa60yDCogJ8TxNTWKATqdZ0A9fcYtXCMpURG91G-_80o5AkQ3MyeQm86YuLUMleW-VeePHarg3jKJ7uYd8GDFJwa1Yw_c5/s320/Dextr%C3%B3giro.jpg" height="320" width="227" /></a></div>
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRaFWzX1pL6DVJNT3KYZUh5Dvq7T2Cfsg_1VvYps-KK-4ymDk431RAV5lOljPJVZ2X1QGGeCF2gpr8F_FnXQBvflwxpFeDr914vEeoTFwiBtmjHMDN4LAU-85KxJQJt4rxQFeDZgjyFROm/s1600/Lev%C3%B3giro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRaFWzX1pL6DVJNT3KYZUh5Dvq7T2Cfsg_1VvYps-KK-4ymDk431RAV5lOljPJVZ2X1QGGeCF2gpr8F_FnXQBvflwxpFeDr914vEeoTFwiBtmjHMDN4LAU-85KxJQJt4rxQFeDZgjyFROm/s320/Lev%C3%B3giro.jpg" height="320" width="231" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: left;">
<br />
Ese día, Lacan dice que -en la medida que el discurso analítico "realiza lo simbólico del imaginario"- el nudo del psicoanálisis es levógiro: RSI.<br />
Entonces, para que el nudo esté bien realizado son necesarias tres condiciones:<br />
<br />
1) Que el Imaginario pase por encima del Real en dos puntos. I>R<br />
2) Que el Simbólico pase por encima del Imaginario en dos puntos. S>I<br />
3) Que el Real pase por encima del Simbólico en dos puntos. R>S<br />
<br />
Si se considera que con la hechura del nudo para <b>Lacan</b> se trata del análisis como tal, un error (él les llamó lapsus) en cualquiera de los cruces no sería sin consecuencia para la clínica analítica. En seminarios posteriores (<em>RSI, El Sinthome, El momento de concluir</em>), Lacan abordaría -y padecería, todo hay que decirlo- los problemas doctrinarios fruto de los efectos que a su enseñanza tardía arrojarían cuestiones como la orientación y el coloreado del nudo (además de la odisea borromeana en la que lo embarcará añadir un cuarto redondel). Pero de eso no hablaremos ahora. Sigamos con el seminario <i>Les non dupes errent</i>... Unas semanas más tarde, el 18 de diciembre, aparece en escena una trenza borromea: "¿Qué es una trenza?", pregunta <b>Lacan</b>, y de inmediato responde que es algo que sin duda mantiene<a href="http://etimologias.dechile.net/?trenza"> relaciones con el tres</a>. Luego indica el procedimiento para formar la trenza borromea de tres cuerdas:<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSHDctzz7oRAbHxqwQEZzF4zKFF2dBENb4rrI_Arus-GQ-sjy2tDL96_ZUSeCDVLORnlZuMsAS0JHYhUu-g3ctgEcY-BZbKkY3ylewsDWOmSRqKyFCEuWJpvxGuNrWOKvo7vlSg_kOHozK/s1600/trenzal'insu.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSHDctzz7oRAbHxqwQEZzF4zKFF2dBENb4rrI_Arus-GQ-sjy2tDL96_ZUSeCDVLORnlZuMsAS0JHYhUu-g3ctgEcY-BZbKkY3ylewsDWOmSRqKyFCEuWJpvxGuNrWOKvo7vlSg_kOHozK/s320/trenzal'insu.jpg" height="320" width="240" /></a></div>
<br />
Si en el primer cruce la cuerda 2 pasa por debajo de la 1, el nuevo ordenamiento quedaría: 2, 1, 3. Para que el trenzado sea correcto los cruces deben seguir esta regla: si en el primer cruce se hace pasar una cuerda por debajo de otra (2 debajo de 1), en el siguiente cruce esa misma cuerda tendrá que pasar por encima de aquella con la que se cruzará inmediatamente después (2 por encima de 3). Como cuando se trenza -<b>Lacan</b> no se priva de esta analogía- el cabello de una mujer. Después de tres cruces tendríamos un orden inverso al del inicio: 3,2,1. Si en este momento de la construcción de la trenza unimos las cuerdas por sus extremos, ¿obtendríamos un nudo borromeo? La respuesta es no. Si se hace correctamente, después de tres maniobras con la trenza lo que obtenemos es una cadena olímpica; es decir, tres aros encadenados de una manera no borromeana.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJ3pG8dVPcCDus0-oQaBT5Aoikgo02waA476NKuLxhPd9xC7AR7lRJ8rTZtnLoXZuqvqLmYWoocSPHwxEEKb5I5ah9BvUyGQ3xiMQPoXaGkcL3Q8MMV1qQLx00BZ64qHsBh-5N7XO4iYq_/s1600/cadena+olimpica.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJ3pG8dVPcCDus0-oQaBT5Aoikgo02waA476NKuLxhPd9xC7AR7lRJ8rTZtnLoXZuqvqLmYWoocSPHwxEEKb5I5ah9BvUyGQ3xiMQPoXaGkcL3Q8MMV1qQLx00BZ64qHsBh-5N7XO4iYq_/s320/cadena+olimpica.jpg" height="191" width="320" /></a></div>
<br />
Para obtener el nudo borromeo a partir de la trenza es preciso realizar al menos seis maniobras o cruzamientos (o 12, pero ir de 6 en 6), con lo cual volveríamos al ordenamiento inicial: 1,2,3. Si tomamos en cuenta las categorías del ternario, la trenza borromeana quedaría escrita así:<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9QJqOaSQCZWjsz6CzEshnq-O7xj7MxZn2fPMm2cPg4m8XpbylQeNwGRkDXCiPocA4vUrls6vYYi_4_AglASSnWJyzX5mmF-NBrpRdFeK4yKqMFFrz2xxtwjc4lwUkxpWeDFYxLmBoJ3j1/s1600/Trenzaborromea.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9QJqOaSQCZWjsz6CzEshnq-O7xj7MxZn2fPMm2cPg4m8XpbylQeNwGRkDXCiPocA4vUrls6vYYi_4_AglASSnWJyzX5mmF-NBrpRdFeK4yKqMFFrz2xxtwjc4lwUkxpWeDFYxLmBoJ3j1/s400/Trenzaborromea.jpg" height="400" width="277" /></a></div>
<br />
A decir de<b> Lacan</b> (seminario <i><b>L'insu...</b></i>), la trenza está en el principio del nudo borromeo. Nótese que los cruces cumplen las condiciones antes mencionadas para la realización del nudo. <b>Lacan</b> no deja de observar que, en tanto vuelve al punto de inicio, el trayecto que sigue la construcción de la trenza tiene algo de moebiano. Pero lo importante es que -por razones de estructura- el recorrido implica al menos seis maniobras, seis "gestos bien precisos" (que diría <b>Calvino</b>) a la hora de tejerla. <b>Lacan</b> se habría referido a algo así al decír que, para no errar, el analista tiene que <i>pegarse</i> a la estructura. "Sean incautos de la estructura" -decía- "no errarán". Es por eso que -como indicaba el título del seminario- los no incautos yerran (<em><b>Les non dupes errent</b></em>).<br />
Más tarde vendrá la odisea del cuarto lazo, así como el despliegue de la relación del ternario con el nudo en el seminario RSI; donde <b>Lacan</b> anunciaba hacia el final que el siguiente curso llevaría por título 4,5,6... Sin embargo, eso no ocurrió porque -como se recordará- <b>Lacan</b> se cruzó con la obra de <b>James Joyce</b> y -como podrá imaginarse- su nave viró arrastrada por la caudalosa corriente del río joyceano (<i>Riverrun</i>....) hacia las playas (en ese entonces algo despobladas y bastante rocosas) del <i>Sinthome</i>.<br />
Hay quien dice que el psicoanalista<b> </b>no salió de esa aventura sin un naufragio de por medio, después del cual su ternario quedaría irreparablemente partido en la región del simbólico. Pero esas ya son otras historias...<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEgjMk_lyqVUzC3ggjBKDQGChQGnN3z61zkRJI2fwrRwoLUiXCCqvwK71gyGU_7RAhqTlz6C5MYsxNtr6PnfkGZBxBuXBP39j_dqmFB4YbR4cTt2Rjr_KS3TZn6Kj82lNBiZT0DwsRPQc9tRKEGE66tQ=" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEgjMk_lyqVUzC3ggjBKDQGChQGnN3z61zkRJI2fwrRwoLUiXCCqvwK71gyGU_7RAhqTlz6C5MYsxNtr6PnfkGZBxBuXBP39j_dqmFB4YbR4cTt2Rjr_KS3TZn6Kj82lNBiZT0DwsRPQc9tRKEGE66tQ=" height="320" width="285" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Lacan pedalea el nudo borromeo de 4 consistencias</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div style="text-align: left;">
<br />
El texto de <b>Italo Calvino</b> se puede leer completo <a href="http://www.habanaelegante.com/Summer2004/Barco.html">aquí.</a></div>
</div>
<!-- Blogger automated replacement: "http://images-onepick-opensocial.googleusercontent.com/gadgets/proxy?container=onepick&gadget=a&rewriteMime=image%2F*&url=http%3A%2F%2Fwww.blogelp.com%2Fmedia%2F0707DibujoLACAN.jpg" with "https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEgjMk_lyqVUzC3ggjBKDQGChQGnN3z61zkRJI2fwrRwoLUiXCCqvwK71gyGU_7RAhqTlz6C5MYsxNtr6PnfkGZBxBuXBP39j_dqmFB4YbR4cTt2Rjr_KS3TZn6Kj82lNBiZT0DwsRPQc9tRKEGE66tQ=" -->Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-90708680641352278332013-03-13T13:39:00.000-06:002013-03-14T13:35:51.794-06:00ESTRUCTURAS Y ESCRITURAS (Taller-laboratorio de ejercicios topológicos)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<h2 style="margin-top: 0cm; text-align: right;">
<a href="http://jmfavreau.info/_media/research:cutting.jpg?w=300" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://jmfavreau.info/_media/research:cutting.jpg?w=300" /></a><span style="font-size: 15px;"><div style="text-align: left;">
Gabriel Meraz Arriola</div>
</span></h2>
<h2 style="margin-top: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: 15px;">México D. F.</span></h2>
<div style="text-align: right;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 15px;"><b>École lacanienne de psychanalyse</b></span></div>
</div>
<div style="text-align: right;">
<br />
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 15px;"><br /></span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: 15px;"><br /></span></div>
<span style="font-size: 15px; font-weight: normal;"><br /></span>
<span style="font-size: 15px; font-weight: normal;"><br /></span>
<span style="font-size: 15px; font-weight: normal;"><br /></span></div>
<h2 align="right" style="margin-top: 0cm; text-align: right;">
<span lang="ES" style="color: windowtext; font-size: 11.0pt;"><span style="font-family: inherit;">
<o:p></o:p></span></span></h2>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></i>
<i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;"><span style="font-family: inherit;"> Hablar es necesario, pero cuando se puede
hacer algo, es siempre mejor.<o:p></o:p></span></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-size: 10pt;"><span style="font-family: inherit;">John Cage<o:p></o:p></span></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;"><span style="font-family: inherit;">La estructura
tiene algo que decir.<o:p></o:p></span></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Glenn Gould</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;">La topología se hizo presente desde el arranque de
la enseñanza lacaniana. Ya en el discurso de Roma se evocaba la figura del toro
(anillo) para situar la función de la palabra en un lugar interior a un tiempo
que exterior al campo del lenguaje. Más tarde, los llamados esquemas L y R
tendrían -a decir de Lacan- un estatuto topológico. Pero ¿cuál fue el estatuto
de la topología en la enseñanza psicoanalítica de Jacques Lacan?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;">Ya se trate de grafos, esquemas, superficies o
nudos es posible arriesgar respuestas diversas. Sin embargo, en cualquier caso
es seguro que el recurso a la topología no constituía una referencia meramente
teórica, ni respondía a la búsqueda de metáforas o analogías que ilustraran
algo de orden inefable. Sin <i>de</i>mostrar
nada, la presencia creciente de figuras y objetos topológicos en la enseñanza
lacaniana parecería obedecer a una exigencia de índole<i> estructural</i>, si admitimos –con Lacan- que “el sujeto tiene la
estructura de la superficie, al menos topológicamente definida”<a href="file:///C:/Users/inp2/Downloads/ESTRUCTURAS%20Y%20ESCRITURAS%20(ARGUMENTO).doc#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-size: 11pt; line-height: 115%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></a>;
o bien, más adelante, el anudamiento borromeano RSI (y sus avatares) como
soporte estructural del sujeto. Si es verdad que “el inconsciente es un hecho
nuevo e implica un desmentido a la antigua estructura sujeto-objeto”<a href="file:///C:/Users/inp2/Downloads/ESTRUCTURAS%20Y%20ESCRITURAS%20(ARGUMENTO).doc#_ftn2" name="_ftnref2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-size: 11pt; line-height: 115%;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></a>,
al introducir la topología en su enseñanza, Lacan llevó lejos la apuesta de
someter a revisión los postulados de la estética trascendental kantiana en lo
concerniente al sujeto y el objeto implicados en el espacio analítico.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span lang="ES">Con todo, la insistente pregunta: <i>¿Y-esto-para-qué-sirve?</i>, cuando se habla
de topología, resuena con una interrogación formulada por el propio Lacan: “¿es
verdaderamente necesario aprender topología para ser psicoanalistas?”, pregunta
cuya candidez se mostraba retórica en la inmediata respuesta que daba: “La
topología no es algo que debe aprender de más, de alguna manera, como si la
formación del psicoanalista consistiera en saber con qué pote de color fuera a
pintarse.” Y luego añadía: “es que la topología es la tela misma en la que [el
psicoanalista] corta, lo sepa o no. Poco importa que abra o no un libro de
topología, desde el momento en que lo que hace es psicoanálisis, es la tela en
la que corta, en la que se corta el sujeto de la operación psicoanalítica</span><span lang="ES" style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">”<a href="file:///C:/Users/inp2/Downloads/ESTRUCTURAS%20Y%20ESCRITURAS%20(ARGUMENTO).doc#_ftn3" name="_ftnref3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></a>.
</span><span lang="ES">Más cerca
de un <i>savoir-faire</i> que de un saber
teórico, entonces, lo importante es saber cómo y por dónde cortar: <i>la eficacia del buen corte</i>, que decía
Lacan. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;">Si hay un real en la experiencia analítica, ¿puede
decirse que hay experiencia del real? Advertidos de que “no hay topología que
no requiera sostenerse en algún artificio”<a href="file:///C:/Users/inp2/Downloads/ESTRUCTURAS%20Y%20ESCRITURAS%20(ARGUMENTO).doc#_ftn4" name="_ftnref4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-size: 11pt; line-height: 115%;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></a>,
la equivalencia –largamente sostenida por Lacan- entre topología y estructura
nos permitirá explorar respuestas en la construcción y el estudio de los
objetos topológicos que visitaron su enseñanza, objetos que –como una formación
del inconsciente- están ligados en primer lugar a la sorpresa. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://jmfavreau.info/_media/research:decoupage.png?cache=&w=504&h=700" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="http://jmfavreau.info/_media/research:decoupage.png?cache=&w=504&h=700" width="286" /></a></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 10pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">“La
manera más simple de darles esta relación [entre el toro y cross-cap] es
recordarles cómo está construido el toro cuando se lo descompone bajo una forma
poliédrica, es decir reconduciéndolo a su polígono fundamental. Aquí, este
polígono fundamental, es un cuadrilátero…” J. L. (16/05/62)<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><b><span lang="ES">Reuniones
quincenales a partir del viernes 19 de abril de 2013</span></b><span lang="ES">. <b><o:p></o:p></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><b><span lang="ES">Horario:</span></b><span lang="ES"> 17 a 19 horas<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><b><span lang="ES">Lugar:</span></b><span lang="ES"> Avenida Universidad
1900 Edificio 1. Salón de Usos múltiples de El Altillo. (Metro Miguel Ángel de
Quevedo)<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><b><span lang="ES">Cuota:</span></b><span lang="ES"> $200 por reunión
(estudiantes $100)<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="font-size: 9pt; line-height: 115%;">·<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><span lang="ES">El
dispositivo de trabajo y la bibliografía se darán a conocer en la primera
reunión.</span><span lang="ES" style="font-size: 9pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><b><span lang="ES">Contacto:</span></b><span lang="ES" style="font-size: 9pt; line-height: 115%;">
</span><span lang="ES">gab.meraz@gmail.com<o:p></o:p></span></span></div>
<div>
<!--[if !supportFootnotes]--><span style="font-family: inherit;"><br clear="all" />
</span><br />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="ftn1">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: inherit;"><a href="file:///C:/Users/inp2/Downloads/ESTRUCTURAS%20Y%20ESCRITURAS%20(ARGUMENTO).doc#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span lang="ES"> </span>J. Lacan. Seminario “La
identificación” (inédito) 30/05/62.</span></div>
</div>
<div id="ftn2">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: inherit;"><a href="file:///C:/Users/inp2/Downloads/ESTRUCTURAS%20Y%20ESCRITURAS%20(ARGUMENTO).doc#_ftnref2" name="_ftn2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span lang="ES"> </span>J. Lacan, Entrevista con
Pierre Daix, en “Claves del Estructuralismo”, Calden, Buenos Aires, 1969.</span></div>
</div>
<div id="ftn3">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: inherit;"><a href="file:///C:/Users/inp2/Downloads/ESTRUCTURAS%20Y%20ESCRITURAS%20(ARGUMENTO).doc#_ftnref3" name="_ftn3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span lang="ES"> </span>J. Lacan. Seminario “El
objeto del psicoanálisis” (inédito) 08/06/66. </span></div>
</div>
<div id="ftn4">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: inherit;"><a href="file:///C:/Users/inp2/Downloads/ESTRUCTURAS%20Y%20ESCRITURAS%20(ARGUMENTO).doc#_ftnref4" name="_ftn4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span lang="ES"> </span>J. Lacan. Seminario “Los
fundamentos del psicoanálisis” 27/06/64.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: inherit;">*Imagen de http://jmfavreau.info/research:illustration</span></div>
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
</div>
</div>
</div>
Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-34026418441688365762013-02-04T14:14:00.002-06:002013-06-06T08:28:57.097-05:00Mahler auf der couch<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: right;">
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: right;">
<i>"Las situaciones y circunstancias extraordinarias (así como las personalidades extraordinarias) requieren medidas extraordinarias</i>". </div>
</div>
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: right;">
Theodor Reik</div>
</div>
</div>
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSMYxLfL0UOEt-r3XfeIAZ087ZD8KmcCBLP4rdfpfyrBs6zMzYuwcJAMLqpK491Pr91Y_3Hd4e3QCzuPxDcoxpBMGXSWn7gcDJAMM5QzTwLqRrtcDJV1YNBiaHFbnaqwYXvJ1A_QJ2OAwh/s1600/mahler+auf+der+Couch.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSMYxLfL0UOEt-r3XfeIAZ087ZD8KmcCBLP4rdfpfyrBs6zMzYuwcJAMLqpK491Pr91Y_3Hd4e3QCzuPxDcoxpBMGXSWn7gcDJAMM5QzTwLqRrtcDJV1YNBiaHFbnaqwYXvJ1A_QJ2OAwh/s320/mahler+auf+der+Couch.jpg" width="246" /></a>Desde hace unas semanas se exhibe en la ciudad de México"<i>Mahler auf der couch</i>" (2010), película que recrea el encuentro casi mítico que, con motivos de análisis, alguna vez sostuvieron <b>Gustav Mahler</b> y <b>Sigmund Freud</b>. Como hay costumbres inconmutables, el título en español elegido por los distribuidores nada tiene que ver con la película: ¿"Confesiones en el diván"? No cabe duda de que no hay peor pretensión que la de ser "taquillero" (sea dicho también por algunos que andan en el menester analítico, pero esa es otra canción).<br />
En tal análisis no se trataba de nada que ocurriera en ningún diván, si bien éste aparece de manera más que forzada (justo es decirlo en descargo de los distribuidores) en la ficción creada por los directores del filme (por lo demás, apegada en buena medida a hechos históricos). <b>Freud</b> llevaría a cabo la tentativa de análisis del genial compositor en una sola sesión, eso se sabe, pero al más puro estilo del peripato. Y es que si no se ignora que el creador del psicoanálisis era un amante de las caminatas y los paseos, suele olvidarse que no tenía reparo alguno en combinar este placer con su oficio. De este modo, podía no ser tan raro verlo pasear por Viena mientras analizaba así a algunos de sus pacientes,<i> à ciel ouvert</i>. Incluso en algunos análisis de los llamados didácticos a <b>Freud</b> le gustaba menear las piernas. Fue así como analizó a <b>Max Eitingon</b> y a <b>Wilhelm Stekel</b>, quien recordaba que las variaciones rítmicas del andar de su maestro -o si de pronto se detenía súbitamente- añadían un elemento significativo a las interpretaciones que éste aportaba a su análisis. Durante el encuentro entre <b>Mahler y Freud, </b>acaecido en el verano de 1910<b>, </b>músico y analista charlaron mientras paseaban entre los canales y muelles de la ciudad holandesa de Leiden (palabra que significa sufrimiento en alemán, ¡y vaya que el músico sufría!). Las secuencias de la película que más me agradaron retratan dichos paseos. Tal vez un día se acabe de entender que <i>diván no es sinónimo de</i> <i>psicoanálisis</i> (y a la inversa), y que el analista no es un maniquí clavado a su sillón. Lo cierto es que títulos como éstos no ayudan, y ciertamente tampoco la película que, en cierto momento, hace aparecer a <b>Freud</b> como si éste hubiera sido un obseso del uso del diván.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://encrypted-tbn3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcSUn8m6TSywWHxroerwcEPv60XdCwb_CMx3C3cpObB2FQx9V2m4" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="265" src="https://encrypted-tbn3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcSUn8m6TSywWHxroerwcEPv60XdCwb_CMx3C3cpObB2FQx9V2m4" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
<b>Theodor Reik</b> <b>-</b>acaso el analista que más y mejor escribió sobre <b>Mahler-</b> imaginaba con sorna a aquellos analistas de raigambre férrea que se jalarían el pelo por el carácter tan poco ortodoxo del análisis que<b> Freud</b> practicó con el compositor; no tanto por la falta del mentado diván que, como ya quedó dicho, no era una prerrogativa freudiana, sino porque el trabajo fue realizado en nada más que una sesión. Acerca de esta experiencia, <b>Freud</b> comentó a <b>Reik</b> en una carta de 1935 que, de hacer caso a las referencias que tenía, había logrado bastante en el análisis del músico; no sin mencionar que: "ninguna luz aclaró entonces la fachada sintomática de su neurosis obsesiva". También, en la misma carta, describió ese análisis de sesión única con una incisiva metáfora: "Fue como si hubiese cavado una única y profunda hendidura en un edificio misterioso."<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdvbGWGV5blHhVLPhxrrvkkrhVJakIC4kbl0HdAE_L_gt92xDnRroI0huTh61ps8yFwv-3lKBr1OINn85vMteTPhuHESSJWIWiXTUm5ofc84ler_8wLrd21cd3tHOLVKfYd_ORRmGkW_s/s1600/56487-MahlerAufDerCouch_004.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdvbGWGV5blHhVLPhxrrvkkrhVJakIC4kbl0HdAE_L_gt92xDnRroI0huTh61ps8yFwv-3lKBr1OINn85vMteTPhuHESSJWIWiXTUm5ofc84ler_8wLrd21cd3tHOLVKfYd_ORRmGkW_s/s320/56487-MahlerAufDerCouch_004.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
La película no me gustó, pero tampoco me desagradó; o sea, ni fu ni fa. Tal vez lo más disfrutable sea la música y <b>Barbara Romaner</b> interpretando a la mujer de <b>Mahler.</b> (No sé si un <i>alma mater</i> merezca reverencia, pero una <b>Alma Mahler</b> como ésa, definitivamente sí). Lo más fallido toca sin duda a la figura de <b>Freud</b>, convertido en una especie de bufón (por no decir mamarracho) que escenifica una involuntaria comedia (¿o pretendida?) a todo lo largo de la cinta. Nada de la elegancia ni de la fuerza que caracterizaron la estampa de <b>Freud</b> en su bien llevada cincuentena se deja ver ahí. Apuesto a que la película será más apetecible para los melómanos que para quienes acudan llevados por alguna clase de interés (o morbo) relacionado con el psicoanálisis. Al menos a mí vino a confirmarme que parece no haber modo de que esta práctica pase a la pantalla sin convertirse en una suerte de caricatura. Ha de ser obra del celuloide, que exacerba algo que ya cuenta "en la realidad" con elementos de ficción.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://encrypted-tbn2.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcTiBAMXzSpNmkAbkW3DYtWQ2A8Q0teMZtuGIkVCEvJMTR1hTi2_" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="215" src="https://encrypted-tbn2.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcTiBAMXzSpNmkAbkW3DYtWQ2A8Q0teMZtuGIkVCEvJMTR1hTi2_" width="400" /></a></div>
<br />
Por cierto que también se dice que <b>Alma Mahler</b> odió a <b>Freud</b> hasta el fin de sus días, luego de que el creador del psicoanálisis le escribiera después de la muerte de su marido para cobrarle el costo de la sesión. Pero esto ya no sé si es verdad, y tampoco lo dice la película.</div>
Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-87512194459594528412012-12-04T15:17:00.000-06:002012-12-04T15:49:59.739-06:00Ferdinando Camon. La enfermedad llamada hombre<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<span style="color: #f6b26b;">Parece que el psicoanálisis es la situación de la libertad absoluta: uno puede decir todo lo que le pasa por la cabeza. En realidad el psicoanálisis es la situación de la constricción absoluta: allí uno no puede decir sino lo que dice, porque no tiene otra cosa que decir. Las personas que van al psicoanálisis gravitan en torno al analista por tres, once años, describiendo órbitas de las cuales el analista ocupa uno de los fuegos (el otro fuego está ocupado por las personas que el analista reencarna), se pueden desvincular y volver a casa, pueden detenerse en esta gravitación al infinito, hasta que el rozamiento no los consuma, pueden huir de la órbita y perderse en los espacios de la locura. Pero como sea que fuere, el resultado es la exacta consecuencia de la correspondencia entre las fuerzas en el campo: no puede funcionar de otro modo que como funciona.</span><br />
<span style="color: #f6b26b;">Hay momentos en que el psicoanálisis es un riesgo: puede salir bien, puede salir mal. Hay momentos en que el psicoanálisis es un peligro: sólo puede salir mal. La primera situación es perenne. La segunda situación es intermitente. </span><br />
<span style="color: #f6b26b;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://www.catalonia.cl/images/la%20enfermedad%20llamada%20hombre041.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://www.catalonia.cl/images/la%20enfermedad%20llamada%20hombre041.jpg" width="214" /></a></div>
<br />
<span style="color: #f6b26b;">Fragmento de la novela:</span><br />
<span style="color: #f6b26b;"><i>La enfermedad llamada hombre</i> (1980), de Ferdinando Camon, Losada, Buenos Aires, 1998.</span></div>
Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-8984747937379828962012-11-11T19:52:00.000-06:002012-11-14T13:43:24.380-06:00Lecturas críticas de "El amor Lacan" (coloquio)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://semioticaii.files.wordpress.com/2009/11/muac1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="266" src="http://semioticaii.files.wordpress.com/2009/11/muac1.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
El próximo fin de semana tendrá lugar el coloquio "Lecturas críticas de El amor Lacan", en el MUAC. Aquí toda la información:<br />
<br />
<table border="0" cellpadding="1" cellspacing="0" style="background-color: #d7d4f7; width: 600px;"><tbody>
<tr><td colspan="1" rowspan="1" width="100%"></td></tr>
<tr><td bgcolor="#D52C2A" colspan="1" rowspan="1" style="background-color: #d52c2a;"><table bgcolor="#FFFFFF" border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="background-color: white; width: 598px;"><tbody>
<tr><td bgcolor="#3d31ab" colspan="3" height="110" rowspan="1" style="background-color: #3d31ab; background-image: none; background-repeat: repeat no-repeat; height: 110px; width: 598px;" width="598"><table bgcolor="#D52C2A" border="0" cellpadding="5" cellspacing="0" id="content_LETTER.BLOCK1" style="background-color: #d52c2a; margin-bottom: 6px; width: 100%px;"><tbody>
<tr><td align="center" colspan="1" rowspan="1" style="color: white; font-family: 'Courier New', Courier; font-size: 18pt; text-align: center;"><div style="font-size: 14pt;">
e-diciones de la École lacanienne de psychanalyse</div>
<div style="font-size: 18pt;">
<span style="font-family: 'Arial MT Condensed Light', 'Arial Narrow', Arial, sans-serif; font-size: 14pt;">anuncia una actividad de la École lacanienne de psychanalyse </span></div>
<div>
</div>
<div style="font-size: 20pt;">
<span style="font-family: 'Arial MT Condensed Light', 'Arial Narrow', Arial, sans-serif;"><strong>Coloquio:</strong></span></div>
<div style="font-size: 22pt;">
<span style="font-family: 'Arial MT Condensed Light', 'Arial Narrow', Arial, sans-serif;"><strong>Lecturas críticas de <em>El amor Lacan</em></strong></span></div>
<div style="font-size: 18pt;">
<span style="font-family: 'Arial MT Condensed Light', 'Arial Narrow', Arial, sans-serif; font-size: 14pt;"><strong>16 y 17 de noviembre de 2012</strong></span></div>
</td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
<tr><td bgcolor="#000000" colspan="3" height="1" rowspan="1" style="background-color: black;"></td></tr>
<tr><td colspan="3" rowspan="1" style="width: 598px;" width="598"></td></tr>
<tr><td bgcolor="#D52C2A" colspan="3" height="1" rowspan="1" style="background-color: #d52c2a;"></td></tr>
<tr><td bgcolor="#D52C2A" colspan="3" height="23" rowspan="1" style="background-color: #d52c2a; background-image: none; background-repeat: repeat repeat;"></td></tr>
<tr><td bgcolor="#D52C2A" colspan="3" height="1" rowspan="1" style="background-color: #d52c2a;"></td></tr>
<tr><td bgcolor="#D52C2A" colspan="1" rowspan="1" style="background-color: #d52c2a; background-image: none; background-repeat: no-repeat repeat; width: 183px;" valign="top" width="183"><table bgcolor="#D52C2A" border="0" cellpadding="5" cellspacing="0" id="content_LETTER.BLOCK5" style="width: 100%px;"><tbody>
<tr><td align="center" colspan="1" rowspan="1" style="color: white; font-family: Garamond, 'Times New Roman', Times, serif; font-size: 10pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12pt;">Esta es una actividad de la<br />École lacanienne de psychanalyse </span><br />
<div style="display: inline !important;">
</div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12pt;">
</span></td></tr>
</tbody></table>
<table bgcolor="#D52C2A" border="0" cellpadding="5" cellspacing="0" id="content_LETTER.BLOCK4" style="width: 100%px;"><tbody>
<tr><td align="center" colspan="1" rowspan="1" style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 11pt; text-align: center;"><div align="center">
<b><br /><a class="imgCaptionAnchor" href="http://r20.rs6.net/tn.jsp?e=001CFsVclxe9raALmebioxAIQPtLxqVd5pFAcg9uoKb1qyiwnPz3DHhxR0htmLpgDVef5DPrwH4oowifrv42MSJOGCRISococaXgZQzwko-wPnsnmrjBxMKBw==" shape="rect" target="_blank" track="on"><img border="0" height="80" hspace="5" name="ACCOUNT.IMAGE.2" src="http://ih.constantcontact.com/fs054/1110109102534/img/2.jpg" vspace="5" width="120" /></a></b></div>
<div style="text-align: left;">
</div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table bgcolor="#D52C2A" border="0" cellpadding="5" cellspacing="0" id="content_LETTER.BLOCK4" style="width: 100%px;"><tbody>
<tr><td align="center" colspan="1" rowspan="1" style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 11pt; text-align: center;"><div align="left" style="text-align: left;">
<span style="color: white; font-family: Garamond, 'Times New Roman', Times, serif; font-size: x-small;">Visite el sitio de <span style="font-family: 'Courier New', Courier;">e-diciones de la École lacanienne de psychanalyse</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Garamond, 'Times New Roman', Times, serif; font-size: x-small;"><a href="http://r20.rs6.net/tn.jsp?e=001CFsVclxe9rZ1H3BJvoAL-EXdCqrZQm-pqbJ9ShHfL5pwDx0o20xrtwNSPCTzVLNtEQsDjvqychpPVQLaB_qlFC9lnG1nSHyckvev194H-rYCk1zRUZoMow==" shape="rect" style="color: blue;" target="_blank">www.e-diciones-elp.net</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
Es gratuito, basta con registrarse.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #cccccc; font-size: 9pt; text-align: justify;">
Nota: El alta al sitio no es automática y puede demorar un poco. Por favor, tenga paciencia.</div>
</td></tr>
</tbody></table>
</td><td bgcolor="#D52C2A" colspan="1" height="1" rowspan="1" style="background-color: #d52c2a;" width="1"></td><td colspan="1" rowspan="1" style="width: 414px;" valign="top" width="414"><table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 100%px;"><tbody>
<tr><td colspan="1" rowspan="1" width="100%"><table bgcolor="#D52C2A" border="0" cellpadding="5" cellspacing="0" id="content_LETTER.BLOCK5" style="background-color: #d52c2a; margin-bottom: 6px; width: 100%px;"><tbody>
<tr><td align="left" colspan="1" rowspan="1" style="color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 11pt;"><span style="color: white; font-family: Times; font-size: 12pt;"><table bgcolor="#D52C2A" border="0" cellpadding="5" cellspacing="0" style="margin-bottom: 6px; width: 100%px;"><tbody>
<tr><td align="left" colspan="1" rowspan="1" style="color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><div align="center" style="text-align: center;">
<span style="color: white;">Para leer el PROGRAMA, pulse <a href="http://r20.rs6.net/tn.jsp?e=001CFsVclxe9rY3tPkVsOs0BA4wlmIE8dHhzvYNFMXks1QCHvjVyMK1VEGeyxD2m-8yfbgtijRrKxe3_BxHtA-i9mq4eCkyeAoa3OdNegCGcDZ0i3_CjkhCud0jYYdWVAHu-a7xZzKJhtGir3lxp5Nc-9nXOem2RBfY" linktype="1" shape="rect" style="color: white;" target="_blank" track="on">aquí</a>.</span></div>
</td></tr>
</tbody></table>
</span><br />
<div align="center" style="font-family: Garamond, 'Times New Roman', Times, serif; font-size: 12pt; text-align: center;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 10pt;">Para leer el argumento, pulsar</span></div>
<div align="center" style="font-family: Garamond, 'Times New Roman', Times, serif; font-size: 12pt; text-align: center;">
<a href="http://r20.rs6.net/tn.jsp?e=001CFsVclxe9rbShDdbKdU-wruMWDvHIui0rsLQNw_0anXHw6NO7lc7xFIGioFUBLOMbrGOL6E-0W0FYjKQU70YT96bIILNRwpgRsLuxnGJrav51odLiWjoBZaetajJxiZgQMWADWGtjG_Y2L-1VLUjhA==" linktype="1" shape="rect" style="color: blue; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 10pt;" target="_blank" track="on">aquí</a></div>
</td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
<tr><td colspan="1" rowspan="1" width="100%"><table bgcolor="#FFFFFF" border="0" cellpadding="5" cellspacing="0" id="content_LETTER.BLOCK8" style="margin-bottom: 6px; width: 100%px;"><tbody>
<tr><td align="center" colspan="1" rowspan="1" style="text-align: center;"><img border="0" name="ACCOUNT.IMAGE.4" src="http://ih.constantcontact.com/fs054/1110109102534/img/4.jpg" vspace="5" width="404" /><br />
<div align="right" style="text-align: right;">
<span style="font-family: 'Arial MT Condensed Light', 'Arial Narrow', Arial, sans-serif; font-size: 9pt;">Remedios Varo, <em>La despedida</em>, 1958 </span></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table bgcolor="#D52C2A" border="0" cellpadding="5" cellspacing="0" id="content_LETTER.BLOCK7" style="background-color: #d52c2a; margin-bottom: 6px; width: 100%px;"><tbody>
<tr><td align="left" colspan="1" rowspan="1"><div align="center" style="color: #333333; font-family: Garamond, 'Times New Roman', Times, serif; font-size: 12pt; text-align: center;">
<br /></div>
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 10pt;"><strong>Fecha</strong>: 16 y 17 de noviembre de 2012</span><br />
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 10pt;"><strong>Lugar</strong>: Auditorio del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MuAC), Centro Cultural Universitario, C.U. en México, D.F.</span><br />
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 10pt;"><strong>Horario</strong>: viernes 16 de noviembre de 15 a 20 horas, sábado 17 de noviembre de 10 a 20 horas.</span><br />
<br />
<div align="center" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14pt; text-align: center;">
<span style="font-family: mceinline;"><strong>Participantes:</strong></span></div>
<div align="center" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14pt; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14pt; text-align: center;">
Octavio Alonso</div>
<div align="center" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14pt; text-align: center;">
Julieta Bernal</div>
<div align="center" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14pt; text-align: center;">
Ignacio Díaz de la Serna</div>
<div align="center" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14pt; text-align: center;">
Patricia Garrido</div>
<div align="center" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14pt; text-align: center;">
Manuel Hernández</div>
<div align="center" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14pt; text-align: center;">
Antonio Madrigal</div>
<div align="center" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14pt; text-align: center;">
Helena Maldonado Goti</div>
<div align="center" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14pt; text-align: center;">
Jesús Martínez Malo</div>
<div align="center" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14pt; text-align: center;">
Gabriel Meraz</div>
<br />
<div align="center" style="font-size: 14pt; text-align: center;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><b>Entrada libre y gratuita</b></span></div>
<div>
</div>
</td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-49874415581509387772012-11-02T09:35:00.002-06:002013-01-24T10:52:02.355-06:00El vicio de la lectura, de Edith Warthon<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://www.porrua.com/imagenes/codbarl/l9789706800077.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="http://www.porrua.com/imagenes/codbarl/l9789706800077.jpg" width="263" /></a></div>
"No hay vicios más difíciles de erradicar que aquellos que popularmente se consideran como virtudes", nos dice <b>Edith Warthon</b> en las primeras líneas de este incisivo y sugerente ensayo. Publicado en los albores del siglo XX -1903, para ser exacto, momento en que se diagnostica desde la Mitteleuropa una crisis del lenguaje (la carta de <b>Lord Chandos</b>, <a href="http://bibliotecadelpsicoanalista.blogspot.mx/search/label/Fritz%20Mauthner">La <i>crítica</i> de <b>Mauthner</b></a>)- este librito merece tomarse en cuenta por su actualidad. Y es que en la era de los demasiados libros (en todos sus formatos), en los tiempos de la reproducción textual a troche y moche (¿no es también y sobre todo eso nuestro internet, hipocaro lector... mi semejante?), la pregunta que formula esta célebre escritora suena aún con más fuerza: "<b>¿Por qué todos deberíamos ser lectores?"</b>; suponerlo, nos dice, sería considerar que no hay diferencia alguna entre tocar el piano y tocar el organillo. Si bien todos tocamos la flauta en la secundaria, siquiera como el burro de la fábula, nadie considera de suyo que todos tendríamos que ser músicos; sin embargo, por alguna razón, tiende a considerarse la lectura como una virtud que estaría al alcance de todos. Para <b>Warthon</b>, entonces, la lectura goza de un prestigio que consiste más bien en una devaluación. En este ensayito se eleva la lectura a la categoría de un arte para el cual (como para cualquiera) es preciso estar dotado de ciertas condiciones que sólo la práctica podrá desarrollar y perfeccionar. Y a todo esto, ¿existirá un lector perfecto, un lector ideal? Seguramente no, pero la caracterización del "lector nato" y su opuesto, el "lector mecánico", permite a la autora -no sin humor- desmantelar un conjunto de prejuicios que tiende a ensalsar indiscriminadamente el acto de leer. El librito me hizo recordar <a href="http://www.youtube.com/watch?v=KllcGBhHExo">una entrevista</a> con <b>Pascal Quignard</b> en la televisión chilena, donde se habla de los riesgos y peligros que implica la lectura; riesgos no aptos -decía el escritor francés- para cualquier espíritu. Y recordé también el "debate" en Facebook a propósito de tal video, que acabó con la "amistad" de algunos y donde no faltó quien se sintiera profundamente ofendido por las palabras presuntamente elitistas de <b>Quignard</b>, ese enamorado del silencio al que algunos entusiastas lectores buscaban silenciar pregonando que la lectura es un derecho universal. Pero volviendo al aspecto vicioso del leer, <b>Warthon</b> nos dice que el mayor peligro que entraña el "lector mecánico", o sea el incapaz de reflexionar, de transformar y apropiarse de lo que lee ("El valor de los libros es proporcional a lo que podríamos llamar su plasticidad: su cualidad de ser todas las cosas para todos los hombres"), es que produce una continua demanda de libros a la que sólo puede responder un "escritor mecánico". Así, el círculo trazado por la lógica capitalista que rige el mercado del consumo editorial se cierra y satisface a la perfección. El diagnóstico resulta, como ya dije, de una asombrosa actualidad. O quizá no, quizá el librito (tan breve que cualquier tipo de lector despacha en un santiamén) nos presenta el retrato perentorio de una especie de lector en vías de extinción. Aunque algo me dice también que ese "lector nato" de la <b>Warthon</b> se llevaría muy bien con el lector que sabe hablar de los libros que no ha leído de <b><a href="http://bibliotecadelpsicoanalista.blogspot.mx/search/label/Pierre%20Bayard">Pierre Bayard</a></b>.<br />
<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://graphics8.nytimes.com/images/2008/02/12/timestopics/wharton-190.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="http://graphics8.nytimes.com/images/2008/02/12/timestopics/wharton-190.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Edith Warthon</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-48715757521477411772012-10-12T15:15:00.000-05:002012-10-16T13:54:36.662-05:00Entre cuerpo y lenguaje: el niño<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://encrypted-tbn3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcTsO5oNranE3jPhKtBZxDv9t4mYNMNCxUDBkoKVTfFy6pOxyAPc" imageanchor="1" style="clear: left; display: inline !important; float: left; line-height: 24px; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" src="https://encrypted-tbn3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcTsO5oNranE3jPhKtBZxDv9t4mYNMNCxUDBkoKVTfFy6pOxyAPc" /></a></div>
<span style="font-family: inherit; line-height: 150%;">Entre
los saberes que desde épocas remotas se han configurado en torno a la infancia corresponde al psicoanálisis el mérito de no haber convertido al niño en <i>objeto</i>
de un saber. Desde el momento en que el niño fue reconocido –por la vía de la
angustia- como un sujeto deseante fue posible la práctica de una clínica
psicoanalítica infantil. Los analistas han insistido en el hecho de
que, en su esencia, el trabajo con niños no difiere del trabajo con adultos,
en la misma medida en que mantiene como eje de su operación la transferencia (el acto) y la circulación
de la palabra (incluso cuando ella, como en el llamado autismo, en apariencia
falta). A diferencia del pediatra, que estudia al niño como un “objeto real”,
corresponde al analista ubicar el lugar donde el niño aparece situado en el
discurso parental. De este modo, “la infancia surge dentro del mundo del
fantasma” (<b>Maud Mannoni</b>). Si bien no existe un sujeto-niño, es por esta
vía que podrá advenir un niño-sujeto.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: inherit; line-height: 150%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
<span lang="ES" style="font-family: inherit; line-height: 150%;">*</span><br />
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: inherit; line-height: 150%;">En ciertas zonas lacustres de México habita un curioso anfibio que a lo largo de los siglos
ha sido estudiado por zoólogos y especialistas de la evolución. Su nombre
castellanizado es ajolote (del náhuatl, axolotl). De este animal neoténico
impresiona de entrada su aspecto infantil, empecinadamente larvario, casi fetal.
La peculiaridad de la especie consiste en que durante su existencia conserva una
característica que en los anfibios es propia de las larvas: respiración
branquial en un hábitat acuático. Sin embargo, y pese a su
apariencia larvaria, el axolotl (<i>ambystoma mexicanum</i>) en su estado natural es capaz de reproducirse.
Los investigadores encontraron que, tras el suministro de una hormona tiroidea,
el axolotl experimenta la metamorfosis normal de los anfibios: desaparecen las
branquias, desarrolla fosas nasales y respiración pulmonar, abandona la vida
acuática y se convierte en salamandra terrestre; dotada de párpados y un
cuerpo cartilaginoso, deviene un espécimen adulto de la salamandra moteada (<i>ambystoma tigrinum</i>). Muda de especie.
Mientras que algunos antropólogos y sociólogos han visto en el axolotl una
metáfora para ilustrar el estado perennemente inmaduro de las sociedades
arcaicas, algunos escritores han encontrado en él una suerte de tótem que
encarna un conjunto de ideas inquietantes. De esta suerte, las carencias
metamórficas del animal se han visto recompensadas con una gran dosis de fuerza
metafórica. </span><br />
<span lang="ES" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgJncgoqFjEDvUnCyq9KIdJzF5yt9WRJ2FaldiVYk_Ij2ighWXHpiTWRIygD4cXYzTOsuq_XhEmXMWMGJ5qjkgP9y2iJ0CsjkD3uCZ0-ANWaut4_zDmszG0darhYachQaSHr4fx5AMUo7a/s1600/axolotl+2.png" imageanchor="1" style="line-height: normal; margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="271" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgJncgoqFjEDvUnCyq9KIdJzF5yt9WRJ2FaldiVYk_Ij2ighWXHpiTWRIygD4cXYzTOsuq_XhEmXMWMGJ5qjkgP9y2iJ0CsjkD3uCZ0-ANWaut4_zDmszG0darhYachQaSHr4fx5AMUo7a/s400/axolotl+2.png" width="400" /></a></div>
<span lang="ES" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span>
<span lang="ES" style="font-family: inherit; line-height: 150%;">En sus estudios sobre el pensamiento salvaje (1962), <b>Claude
Lévi-Strauss</b> comentaba que las especies elegidas como animales totémicos no lo eran
tanto por ser “buenas para comer”, como “buenas para pensar”. El axolotl, ha
escrito <b>Roger Bartra,</b> “es un animal bueno para pensar críticamente, pues (…)
pone en duda las verdades establecidas. Hay que jugar con él para que nos abra
las puertas de la verdad y de la ironía”. En la figura y,
sobre todo, la condición neoténica de este anfibio el filósofo italiano <b>Giorgio
Agamben</b> encontró una poderosa metáfora del <i>infans</i>.
En su ensayo <i>Para una filosofía de
la infancia</i> sugiere que la metáfora que brinda esta especie permite formular una hipótesis “que explique de una nueva manera el lenguaje y toda la
tradición exosomática (cultura) que, más que cualquier impronta genética,
caracterizan al Homo sapiens”. <b>Agamben</b> propone imaginar
a un niño que se asienta en su entorno larvario y queda fijado en su plena
sensación de omnipotencia y falta de especialización, un niño que, rechazando
todo entorno específico, sigue el camino de su propia indeterminación e
inmadurez. Escribe <b>Agamben</b>: “En tanto que otros animales (¡los maduros!)
meramente obedecen a las instrucciones genéticas escritas en su código
genético, el infante neoténico se halla en situación de poder prestar atención
a lo que no está escrito, de prestar atención a posibilidades somáticas
arbitrarias y no codificadas”. Libre de directivas
genéticas, dice el filósofo, el niño podría “nombrar las cosas en su idioma y
de esta manera abrir ante sí una infinidad de mundos posibles”. <b>Agamben</b>
distingue en la infancia el lugar preeminente de lo posible y lo potencial,
otorga al niño la característica de vivir en su propia y pura potencia, su
propia y pura posibilidad; pues en la infancia, añade, no se distingue lo posible de
lo real, en cambio, lo posible se vuelve la vida misma. </span><br />
<span lang="ES" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_ec-eNE2U8o_cmDKoKrfdhKN-AWZOlnLAovpNV9fPrIRwNrSUIlR5ZsmKlmhIQroKMEsZ7JsLwA22F-qkFg4G4GJTG9C7ths37eHxhiudjV0Pq7nOnsWU8rBn1pbnNXAgBkLkB2nkfWz0/s1600/605_Axolotl_Ambystoma_mexicanum.e.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="275" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_ec-eNE2U8o_cmDKoKrfdhKN-AWZOlnLAovpNV9fPrIRwNrSUIlR5ZsmKlmhIQroKMEsZ7JsLwA22F-qkFg4G4GJTG9C7ths37eHxhiudjV0Pq7nOnsWU8rBn1pbnNXAgBkLkB2nkfWz0/s320/605_Axolotl_Ambystoma_mexicanum.e.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: center;">
<span lang="ES" style="font-family: inherit; line-height: 150%;">*</span><br />
<span lang="ES" style="font-family: inherit; line-height: 150%;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: inherit; line-height: 150%;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: inherit; line-height: 150%;">En
el ensayo <i>Para una filosofía de la
infancia</i>, <b>Giorgio Agamben</b> recuerda que los adultos han intentado desde
siempre acotar la coincidencia inmediata que -en el niño- mantienen la vida y
la posibilidad; intentan, por ejemplo, restringir las manifestaciones
espontáneas del niño a tiempos y lugares específicos: una habitación de juegos,
un tiempo para jugar, la instauración de juegos con leyes y códigos precisos.
Pero el filósofo añade que -en el juego- “el niño arriesga su vida entera,
jugando con ella literalmente a cada instante”. A esta
relación de inmediatez que el niño establece entre el juego y la vida abierta a
toda potencia <b>Agamben</b> la denomina <i>experimentum
potentiae; </i>pero<i> </i>aclara que de tal experimento no se ausentan las
funciones fisiológicas del cuerpo infantil, muy al contrario: “el niño
juega con su función fisiológica, o mejor dicho, la juega, y de este modo
deriva de ello un placer”.</span><br />
<span lang="ES" style="font-family: inherit; line-height: 150%;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: inherit;">*</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: inherit;">En
otro ensayo, <i>Infancia e Historia,</i>
<b>Agamben</b> afirma que “la infancia encuentra su lugar lógico en una exposición
de la relación entre experiencia y lenguaje”. A su modo
de ver, la experiencia que el niño tiene del lenguaje estaría cifrada en la
separación que existe entre lengua y habla. Así, habría una discordancia
fundamental -de la semiótica a la semántica- entre la entrada del niño en la
estructura del lenguaje y su entrada al ámbito del discurso. Escribe
<b>Agamben</b>: “En tanto que tiene una infancia, en tanto que no habla desde siempre,
el hombre no puede entrar en la lengua como sistema de signos sin transformarla
radicalmente, sin constituirla en discurso”. Una vez cautivo en el lenguaje convencional el niño
no puede -so pena de “patología”- volver al mundo de los puros signos. “La red
de los signos puede ser convertida en lengua y la recíproca no es posible”
(<b>Pascal Quignard</b>). La entrada en la lengua, entonces, implica para
el niño la pérdida de la condición <i>infans</i>.
Así la infancia se presenta como una enfermedad cuya única cura es el
lenguaje. </span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24px; text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: inherit;">*</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24px; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: inherit;">Como el adulto, el niño teje una verdad con los hilos del deseo.</span><br />
<div>
<span lang="ES" style="font-family: inherit;">__________________________________________________________________________</span><br />
<span lang="ES" style="font-family: inherit;"><span style="line-height: normal; text-align: left;"><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 18px;"><i>Fragmentos de mi artículo "Entre cuerpo y lenguaje, entre escucha y mirada: el niño", recientemente aparecido en el número 6 de Cadernos, publicación de <a href="http://www.aleph.psc.br/">Aleph escola de psicanálise</a> de Belo Horizonte, Brasil. Desde aquí agradezco al comité de redacción de la revista y a la traductora por el cuidado puesto en la publicación de este trabajo. GMA. </i></span></span></span></div>
</div>
</div>
Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-31428433784761635082012-10-11T15:04:00.000-05:002012-10-12T21:11:31.985-05:00Cosas de lalengua<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<b><span style="color: #93c47d;">Luisa Valenzuela</span></b><br />
<b><span style="color: #93c47d;">Escribir</span></b><br />
<span style="color: #93c47d;"><br /></span>
<span style="color: #93c47d;">Escribir escribir y escribir sin ton ni son es ejercicio de ablande. En cambio el psicoanálisis no, el psicoanálisis es ejercicio de hablande.</span><br />
<span style="color: #93c47d;"><br /></span>
<span style="color: #93c47d;">De: <i>Libro que no muerde, 1980</i></span></div>
Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-29737832644552579792012-10-03T14:37:00.003-05:002013-06-06T10:31:37.023-05:00Alberto Savinio acerca de los sueños<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://detroiaaitaca.files.wordpress.com/2012/05/alberto_savinio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://detroiaaitaca.files.wordpress.com/2012/05/alberto_savinio.jpg" /></a></div>
<br />
De la pluma de <b>Alberto Savinio </b>(1871-1952) salió una frase que no olvido: <b>"No hay espacio para dos almas en el amor".</b> Desde que dí con ella (hace años, no recuerdo ya en qué libro), sin comprenderla del todo y sin saber bien a bien cómo leerla, no olvido esta frase por su gravedad sentenciosa, verdaderamente escanda-losa. Se me ocurre leerla de dos modos: el amor es un corredor tan estrecho que si dos almas buscan ocuparlo han de: 1.- <i>fusionarse</i> (ilusión romántica cuya futilidad denunció <b>Baudelaire</b> como un sueño soñado por todos y realizado por nadie), o bien 2.- <i>sustituirse</i> (alternarse ocupando en recíproca intermitencia la posición de amante y amado, como en el juego de la metáfora amorosa descrita por <b>Lacan</b>). Otra sería olvidarse de plano del andrógino aristofánico, suprimir la nostalgia que ha infundido ese mito a la humanidad y pensar que en el amor apenas hay espacio para dos cuerpos, que el uso de la palabra alma debiera estar reservado a los sacerdotes y, si acaso, a los poetas místicos.<br />
Como quiera que sea, la frase de <b>Savinio</b> es terrible porque suena a verdad, y porque nos dice que aun en la experiencia del amor el ser humano está condenado a una indecible soledad.<br />
¿Será que para amar es preciso haber desarrollado esa "capacidad de estar solo" de la que hablaba <b>Winnicott</b>? Puede ser; pero la entrada va sobre <b>Savinio</b> y no sobre <b>Winnicott</b>, sobre el sueño y no sobre el amor. Es que cuando pienso en <b>Savinio</b> de inmediato acude a mi mente su terrible frase sobre el espacio del amor.<br />
Vayamos al punto. Escritor y pintor (o viceversa), hermano menor del pintor <b>Giorgio de Chirico</b> (que también escribía), <b>Alberto Savinio</b> estaba tan inconforme con las enciclopedias de su época que escribió una para su uso y gusto personal. De la entrada relativa al sueño copio un párrafo dedicado a la inteligencia del fenómeno onírico.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu0KodaUVEeeInkS5zEJw0SVclNtAlqV2I50SQiE9jtdveMEVu2S8TzvMNIMlD-jJ9SyxqWfgHqhjIRBKlbbx-bceu4jEP2ZZGOv_VTlz6iUkPjEPvNOaAvnuXXtMVMMDbSgEd9ceWqVk/s1600/Alberto+Savinio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu0KodaUVEeeInkS5zEJw0SVclNtAlqV2I50SQiE9jtdveMEVu2S8TzvMNIMlD-jJ9SyxqWfgHqhjIRBKlbbx-bceu4jEP2ZZGOv_VTlz6iUkPjEPvNOaAvnuXXtMVMMDbSgEd9ceWqVk/s400/Alberto+Savinio.jpg" width="326" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Alberto Savinio, La anunciación (1932)</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #b4a7d6;">Para interpretar el lenguaje, todavía oscuro, de los etruscos, es preciso "hacerse etrusco". ¿Y cómo es que no se ha pensado que si, para el hombre despierto, el sueño "es un problema", para el que sueña el sueño <i>no es un problema</i>? Para comprender el sueño <i>es preciso hacerse hombre que está soñando</i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #b4a7d6;">Para comprender los sueños hay que acostumbrarse a pensar que no siempre los valores y los significados de la vida en vela persisten en el sueño con el mismo valor y el mismo significado, pero que, en el sueño, tienen con mucha frecuencia un valor diverso y un significado distinto. Para comprender los sueños hay que pensar que, en el sueño, A puede muy bien no ser la primera letra del alfabeto, y 24 podría también no ser la suma de 20 más 4. Para comprender los sueños es preciso renunciar a colonizar los sueños con la verdad de la vida despierta. Para comprender los sueños es preciso respetar la autonomía del sueño. Para comprender los sueños es preciso aprender a leer la escritura particular de los sueños, de la misma manera que para leer griego no queda otro remedio que aprender las letras griegas. Para comprender los sueños tenemos que aprender a tener confianza en los valores propios del sueño y en sus significados propios. Para comprender los sueños hay que respetar la independencia de los sueños. Para comprender los sueños no tenemos que llevar al sueño <i>nuestra inteligencia</i>, sino dejar que el sueño nos traiga su inteligencia a nosotros. Para comprender los sueños no debemos llevar al sueño <i>nuestra</i> sabiduría, sino, por el contrario, dejar que el sueño nos traiga a nosotros <i>su</i> sabiduría. Para comprender los sueños tenemos que limpiarlos de todo cuanto no participe de su sabiduría propia, sino que es residuo de nuestra sabiduría de hombres despiertos, pasada por error al sueño. Para comprender los sueños hay que renunciar a comprender los sueños.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #b4a7d6;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/_Tyk2yoqzVkE/TMrIcIUA8vI/AAAAAAAABwM/pwoaygp245g/s1600/z.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="315" src="http://4.bp.blogspot.com/_Tyk2yoqzVkE/TMrIcIUA8vI/AAAAAAAABwM/pwoaygp245g/s400/z.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Alberto Savinio, Objets dans la forêt (1928)</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #b4a7d6;">De: Alberto Savinio, Nueva enciclopedia, Acantilado, Barcelona, 2010.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-67867007281163237602012-09-19T14:54:00.000-05:002012-10-01T10:39:35.105-05:00Rubén Gallo. Apuntes para una historia de Freud en México<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://media.proceso.com.mx/media/2011/09/Freud-en-Mexico-460x314.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="271" src="http://media.proceso.com.mx/media/2011/09/Freud-en-Mexico-460x314.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Rocha. Freud en México (revista Proceso)</td></tr>
</tbody></table>
<b><br /></b>
<b>Rubén Gallo</b>, escritor y <i>scholar</i> mexicano activo en Princeton University, ofrece en el texto que sigue un resumen de su libro (aún inexistente en castellano) <i>Freud's Mexico, into the wilds of psychoanalysis</i> (2010).<br />
¿El México de <b>Freud</b>? Pues sí, aunque <b>Freud</b> nunca visitó Latinoamérica, su célebre colección de antigüedades, por ejemplo, no echaba en falta piezas mesoamericanas (las mismas que -por asuntos legales- no fueron exhibidas cuando, hace unos años, la colección se anduvo paseando por acá). Pero además, tal es la tesis del libro, el creador del psicoanálisis habría sido tocado por la magia mexicana a través de los ecos vieneses del malogrado proyecto del Imperio austro-húngaro en este país. La investigación también avanza sobre el surco de preguntas hasta ahora desatendidas: ¿Quiénes fueron los primeros lectores de <b>Freud</b> en México? ¿Cómo lo leyeron? ¿Qué consecuencias sacaron de su lectura? De <b>Salvador Novo</b> a <b>Samuel Ramos</b>, de <b>Octavio Paz</b> al jurista <b>Raúl Carrancá y Trujillo</b> pasando por <b>Remedios Varo</b> y <b>Frida Kahlo</b>, el profesor <b>Gallo</b> dibuja a partir de un retablo de lectores disímbolos un retrato inusitado del creador del psicoanálisis. Y acaso también brinda una nueva imagen del canon cultural mexicano: nos muestra que la recepción de la obra freudiana dejó trazas sutiles, pero al fin trazas, en la naciente modernidad de México.<br />
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 12pt;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #f6b26b; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 19.200000762939453px;"><b>Apuntes para una historia de Freud en México</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="background-color: black; color: #f6b26b; font-size: 12px; line-height: 19.200000762939453px;"><b>Rubén Gallo</b></span></span></div>
<div style="line-height: 14.4pt;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><b><span style="color: #f6b26b; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 9pt;"><br /></span></b></span></div>
</div>
<div style="line-height: 14.4pt;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #f6b26b;"><b><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 9pt;">I. Lectores</span></b><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 9pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
</div>
</div>
<div style="line-height: 14.4pt; margin: 0cm 0cm 12pt; outline: none !important;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #f6b26b; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 9pt;">Uno de los primeros lectores de Freud en México fue el poeta
Salvador Novo, que comenzó a leer y a escribir sobre el psicoanálisis antes de
cumplir veinte años y fue uno de los primeros escritores en comentar los textos
de Freud para un público no especializado. Durante los años veinte Novo leyó
con voracidad los libros de Freud y publicó varias reseñas de obras
psicoanalíticas en las páginas de<i style="outline: none !important;">El
Universal Ilustrado<span class="apple-converted-space"> </span></i>y otras
revistas capitalinas. La Casa del Poeta conserva, entre otros libros, los
ejemplares de las<span class="apple-converted-space"> </span><i style="outline: none !important;">Obras completas</i>de Freud que pertenecieron
a Novo: volúmenes llenos de anotaciones manuscritas. Novo leyó a Freud con el
mismo humor negro que caracteriza su producción juvenil: cuando el profesor
vienés, en un ensayo sobre la perversión, observa que hay “individuos para los
cuales la defecación constituye durante toda su vida una fuente de
voluptuosidad”, Novo apunta, en el margen: “¡los escritores!” Y cuando el
doctor Freud explica que para ciertos fetichistas “el objeto sexual es el pie
sucio y maloliente”, Novo exclama, también en el margen, “¡oh!”, parodiando la
reacción de una púdica señorita escandalizada ante las burdas imágenes evocadas
por el psicoanalista.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div style="line-height: 14.4pt; margin: 0cm 0cm 12pt; outline: none !important;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #f6b26b; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 9pt;">Novo incorporó muchas de las teorías psicoanalíticas a su
escritura. Quizá su obra más freudiana sea<span class="apple-converted-space"> </span><i style="outline: none !important;">La estatua de sal</i>, su autobiografía. El
libro inicia con una evocación de los “intentos fallidos” que hizo por
psicoanalizarse y luego pasa a narrar una serie casi interminable de aventuras
sexuales. No sería descabellado leer este libro como un ejercicio de
autoanálisis. Freud también había hecho un autoanálisis: la interpretación de
sus propios sueños que publicó en 1900. Si Freud analiza sus sueños, Novo
dedica su estudio a las seducciones que marcaron su juventud. Sus memorias bien
pudieron haberse llamado<span class="apple-converted-space"> </span><i style="outline: none !important;">La interpretación de los ligues</i>.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div style="line-height: 14.4pt; margin: 0cm 0cm 12pt; outline: none !important;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #f6b26b; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 9pt;">Freud encontró un lector muy distinto en el filósofo Samuel
Ramos, que en 1934 publicó su<span class="apple-converted-space"> </span><i style="outline: none !important;">Perfil del hombre y la cultura en México</i>,
un libro que incluye un capítulo sobre “El psicoanálisis del mexicano” y fue el
primer intento en aplicar las teorías vienesas al debate sobre la identidad
mexicana. Ramos llega a una conclusión sorprendente: el carácter del mexicano,
nos dice, se define por un “sentimiento de inferioridad”. La argumentación del
filósofo no se basa en Freud sino en uno de sus discípulos disidentes: el
doctor Alfred Adler, que rompió con Freud en 1911 para lanzar su propia teoría
psicológica basada en “la inferioridad de los órganos”. Ramos había viajado a
Europa en 1927: allí conoció a Adler y quedó seducido por sus teorías.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div style="line-height: 14.4pt; margin: 0cm 0cm 12pt; outline: none !important;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #f6b26b; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 9pt;">Otro gran lector de Freud fue Octavio Paz. A fines de los años
cuarenta, en París, Paz leyó los libros de Freud... y los de Ramos también.
Bajo la influencia de estas dos figuras tan disímiles comenzó a escribir<span class="apple-converted-space"> </span><i style="outline: none !important;">El
laberinto de la soledad</i>. Paz escribió este ensayo, en parte, como una
respuesta a Ramos: no es el complejo de inferioridad, nos dice, sino la soledad
lo que define el carácter del mexicano. En la entrevista con Claude Fell
recogida en<span class="apple-converted-space"> </span><i style="outline: none !important;">Posdata</i>,
Paz explica que se aventuró a escribir<span class="apple-converted-space"> </span><i style="outline: none !important;">El laberinto...</i><span class="apple-converted-space"> </span>después de leer el último libro de
Freud:<span class="apple-converted-space"> </span><i style="outline: none !important;">Moisés
y la religión monoteísta</i>, publicado unos meses antes de la muerte del
analista vienés en 1939. Al redactar<span class="apple-converted-space"> </span><i style="outline: none !important;">El laberinto...</i>, Paz quiso hacer con
México lo que Freud había hecho con el pueblo judío: interpretar los orígenes y
el nacimiento simbólico de la cultura. Freud comienza su historia del judaísmo
con el faraón Akhenatón; Paz elegirá la Conquista y el trauma ocasionado por el
choque entre dos culturas. Freud enfoca su estudio en una figura masculina:
Moisés; Paz elige a una mujer, doña Marina, y privilegia el papel de lo
femenino en la historia de México.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div style="line-height: 14.4pt; margin: 0cm 0cm 12pt; outline: none !important;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #f6b26b; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 9pt;">Un misterio: ¿por qué Paz, el lector mexicano más serio que
Freud tuvo en la primera mitad de siglo XX, no volvió a hablar del
psicoanálisis?<span class="apple-converted-space"> </span><i style="outline: none !important;">El arco y la lira</i><span class="apple-converted-space"> </span>incluye una refutación del
psicoanálisis como instrumento de interpretación de la poesía, y<i style="outline: none !important;">Vislumbres de la India</i>, un breve
comentario sobre la teoría freudiana del monoteísmo. Pero en las páginas de<span class="apple-converted-space"> </span><i style="outline: none !important;">Plural<span class="apple-converted-space"> </span></i>o<span class="apple-converted-space"> </span><i style="outline: none !important;">Vuelta</i><span class="apple-converted-space"> </span>casi nunca aparece citado el nombre de
Freud. ¿Por qué este rechazo a un autor que iluminó sus primeras obras? Quizá
no se trata de un rechazo a Freud sino de un rechazo a los freudianos, en
especial a los psicoanalistas argentinos que llegaron a México en los años
setenta, trayendo consigo un vocabulario psicoanalítico pesado y barroco que
seguramente irritó la sensibilidad literaria –basada en la limpidez– de Paz.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://media.tumblr.com/tumblr_m6syrwyI651r6kwsb.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="color: #f6b26b;"><img border="0" height="316" src="http://media.tumblr.com/tumblr_m6syrwyI651r6kwsb.jpg" width="400" /></span></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: #f6b26b;">Frida Kahlo. Moisés (1945)</span></td></tr>
</tbody></table>
<div style="background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-color: rgb(204, 204, 204); border-bottom-width: 1pt; border-style: none none solid; padding: 0cm 0cm 19pt;">
<div style="border: none; line-height: 14.4pt; margin: 0cm 0cm 12pt; outline: none !important; padding: 0cm;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #f6b26b; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 9pt;">Freud tendría otros lectores
mexicanos más excéntricos: Frida Kahlo, que realizó una interpretación
pictórica de<span class="apple-converted-space"> </span><i style="outline: none !important;">Moisés
y la religión monoteísta<span class="apple-converted-space"> </span></i>en
su<span class="apple-converted-space"> </span><i style="outline: none !important;">Moisés</i><span class="apple-converted-space"> </span>de 1945. (Kahlo y Paz, que tuvieron
tan poco en común, compartieron una gran fascinación por el último libro de
Freud. ¿Qué se hubieran dicho si hubieran podido conversar sobre Freud, Moisés
y el monoteísmo?) En 1940 Ramón Mercader, el asesino de Trotski, fue asignado
al juez Raúl Carrancá y Trujillo, otro lector de Freud que había luchado por
incorporar las herramientas del psicoanálisis al sistema jurídico mexicano.
Como parte de su investigación, Carrancá ordenó un psicoanálisis intensivo
–seis horas al día, seis días a la semana, durante seis meses– de Ramón
Mercader. El resultado –dos gruesos expedientes sobre “la mente consciente” y
“la mente inconsciente” del asesino– llevó al juez a concluir que Mercader
había asesinado al revolucionario a causa de un complejo de Edipo activo –una
conclusión que los periódicos de la capital reprodujeron en sus páginas.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div style="border: none; line-height: 14.4pt; margin: 0cm 0cm 12pt; outline: none !important; padding: 0cm;">
</div>
<div style="line-height: 14.4pt; margin: 0cm 0cm 12pt;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #f6b26b; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 9pt;">La pintora Remedios Varo
también leyó a Freud. En 1960 pintó un cuadro que lleva por título<span class="apple-converted-space"> </span><i style="outline: none !important;">Mujer
saliendo del psicoanalista</i><span class="apple-converted-space"> </span>y
que presenta una visión cómica del lugar del psicoanálisis en la vida cotidiana
de la burguesía.</span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://elcaballeterosa.files.wordpress.com/2010/11/remedios415772733_607beafe28_o.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="http://elcaballeterosa.files.wordpress.com/2010/11/remedios415772733_607beafe28_o.jpg" width="178" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: #f6b26b;">Remedios Varo. Mujer saliendo del psicoanalista (1960)</span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="color: #f6b26b;"><br /></span>
</div>
<div style="line-height: 14.4pt; margin: 0cm 0cm 12pt; outline: none !important;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #f6b26b; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 9pt;">Pero sin duda el lector más excéntrico que Freud tuvo en México
fue el sacerdote Gregorio Lemercier, fundador de un “convento en psicoanálisis”
en el pueblo de Santa María Ahuacatitlán, cerca de Cuernavaca, que se volvería
famoso por todo el mundo como un experimento vanguardista por reformar el
catolicismo. Lemercier invitó a los psicoanalistas Gustavo Quevedo y Frida Zmud
a trabajar en el monasterio, donde todos los monjes participaron en sesiones de
terapia colectiva. Como resultado de este experimento el sacerdote publicó un
libro que llevó por título<span class="apple-converted-space"> </span><i style="outline: none !important;">Diálogos con Cristo: monjes en psicoanálisis</i>,
que por desgracia llegó a manos del Vaticano y del Santo Oficio. Después de un
juicio, la Iglesia le ordenó a Lemercier que no volviera a hablar de Freud, ni
en público ni en privado. Lemercier prefirió abandonar la Iglesia y quedarse
con Freud: transformó su monasterio en el “Centro Psicoanalítico Emaús”. El
escritor Vicente Leñero dramatizó estos hechos en su obra de teatro<span class="apple-converted-space"> </span><i style="outline: none !important;">Pueblo
rechazado</i>, estrenada en 1968, unas semanas después de la masacre de
Tlatelolco.</span></div>
</div>
<div style="line-height: 14.4pt; margin: 0cm 0cm 12pt; outline: none !important;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #f6b26b;"><b style="outline: none !important;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 9pt;">II. El México de Freud</span></b><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 9pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div style="line-height: 14.4pt; margin: 0cm 0cm 12pt; outline: none !important;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #f6b26b; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 9pt;">¿Qué hubiera pensado Freud de todos estos lectores? ¿Y de los
usos tan diversos que se le dieron a la teoría psicoanalítica en México? Las
pinturas de Frida Kahlo y Remedios Varo; el uso del psicoanálisis en los
debates sobre la mexicanidad; el psicoanálisis practicado en un monasterio
benedictino. Todo esto parece estar muy lejos de los intereses de Freud.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div style="line-height: 14.4pt; margin: 0cm 0cm 12pt; outline: none !important;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #f6b26b; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 9pt;">Pero Freud, en la Viena de fines del siglo XIX, tuvo a México
muy presente en su vida. Freud nació en 1856 y tenía apenas once años cuando su
compatriota Maximiliano de Habsburgo fue fusilado en Querétaro. Como todos los
austriacos de su generación, Freud se estremeció ante aquel episodio que los
periódicos de la época tildaron de<span class="apple-converted-space"> </span><i style="outline: none !important;">Kaisertragödie</i>. Pero los lazos entre
México y el imperio austrohúngaro habían comenzado mucho antes del nacimiento
de Freud: la Conquista de México se desarrolló bajo el reino de Carlos V, un
Habsburgo. Varios de los célebres regalos de Moctezuma que Hernán Cortés le
enviara al Rey fueron repartidos entre sus capitales europeas y varios de ellos
llegaron a Viena. El museo etnográfico de Viena cuenta entre sus tesoros más
preciados el llamado penacho de Moctezuma (los expertos han demostrado que el
penacho fue creado hacia 1580 y por lo tanto no pudo haber pertenecido a
Moctezuma, aunque se trata de un objeto azteca genuino).</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://www.milenio.com/media/d29/59321781ce66b5137219877c5ee84d29_int470.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="239" src="http://www.milenio.com/media/d29/59321781ce66b5137219877c5ee84d29_int470.jpg" width="320" /></a></div>
</div>
</div>
<div style="line-height: 14.4pt; margin: 0cm 0cm 12pt; outline: none !important;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #f6b26b; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 9pt;">En sus paseos cotidianos por Viena, Freud pudo haber visto un
sinfín de referencias a los lazos históricos que unen a Viena con México: el
penacho en el museo etnográfico; un códice azteca –el<span class="apple-converted-space"> </span><i style="outline: none !important;">Codex
Vindobonensis</i>– en la Biblioteca Imperial (hoy Biblioteca Nacional); la
Votivkirche, la iglesia votiva que Maximiliano mandó construir para agradecer
el hecho de que su hermano, el emperador Francisco José, había salido ileso de
un atentado en 1853. Este fue uno de los proyectos más ambiciosos de
Maximiliano: una construcción gótica, de piedra de cantera, tan enorme y tan
cara que no se había terminado en 1864, cuando el emperador se embarcó a
México, y tampoco se había concluido en 1867, cuando el imperio se desmoronó. La
iglesia no fue inaugurada sino hasta 1879 –más de 25 años después del inicio de
la construcción– y para entonces, más que un tributo a la vida de Francisco
José, se había convertido en un monumento fúnebre a Maximiliano.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div style="margin: 0cm 0cm 12pt; outline: none !important;">
<div style="line-height: 14.4pt; text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #f6b26b; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 9pt;">Freud vivió más de treinta años en un apartamento en la
Berggasse, a unas cuantas calles de la Votivkirche. Cada vez que salía a dar un
paseo, cada vez que iba al centro de la ciudad, cada vez que se dirigía a la
Ringstraße, pasaba frente a la iglesia que había sido uno de los muchos proyectos
descabellados de Maximiliano. Muchos años después de la muerte de Freud, la
ciudad de Viena quiso rendirle homenaje al descubridor del inconsciente y
decidió bautizar el parque frente a la iglesia –que hasta entonces se había
llamado Votivpark– con el nombre de Sigmund Freud: al centro hay un monumento
que lleva la inscripción “Die Stimme des Intellekts ist leise” –la inteligencia
habla en voz baja. Así, por un capricho burocrático, Freud quedó, post mórtem,
frente a Maximiliano. Si los muertos pudieran hablar, Freud –que tenía un gran
talento para hacer preguntas que llevaran al paciente a revelar los secretos de
sus traumas– seguramente abriría la conversación preguntándole al malhadado
archiduque: “¿Cómo le fue en México?” ~</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #f6b26b; line-height: 14.4pt;"><span style="background-color: black; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 9pt; line-height: 14.4pt;">Texto publicado en la revista Letras Libres (agosto, 2010)</span></span></div>
<span style="color: #f6b26b; line-height: 14.4pt;">
</span></div>
<div style="background-color: #dddddd;">
</div>
</div>
</div>
Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-11449024064652569612012-09-05T16:25:00.000-05:002012-09-06T06:52:17.121-05:00Freud-Lacan-Foucault (coloquio)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
Los días 11, 12 y 13 de septiembre se celebrará el coloquio <b>"Freud-Lacan-Foucault"</b>. Aquí el programa completo:<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-wmhjG48MTYGEsiMc756e6RgxSRMOIwLg-VE5imcFrwq6kKGrjtF3e2azPEi2ARqIzjIj07FIQC4TQ_lzqS5qCc4FU38iJn_VXvOJztuiXvMC3hcfEe3elo9n09w_ZuJ0GvpPZfuHLY8f/s1600/Programa+Coloquio+Freud-Lacan-Foucault.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-wmhjG48MTYGEsiMc756e6RgxSRMOIwLg-VE5imcFrwq6kKGrjtF3e2azPEi2ARqIzjIj07FIQC4TQ_lzqS5qCc4FU38iJn_VXvOJztuiXvMC3hcfEe3elo9n09w_ZuJ0GvpPZfuHLY8f/s400/Programa+Coloquio+Freud-Lacan-Foucault.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Click en la imagen para agrandar</td></tr>
</tbody></table>
</div>
Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-8380258875552580112012-08-15T10:04:00.000-05:002013-02-04T15:14:14.100-06:00Maurice Blanchot. "El habla analítica"<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: right;">
<i>El escritor, su biografía: murió, vivió y murió.</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>M. Blanchot (La escritura del desastre)</i></div>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://www.letraslibres.com/sites/default/files/imagecache/revista_articulo_588_480/img_art_12587_4578.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://www.letraslibres.com/sites/default/files/imagecache/revista_articulo_588_480/img_art_12587_4578.jpg" width="283" /></a></div>
Escritor <i>sui generis</i> si los hay, pensador de la experiencia de los límites, de paradojas extremas, del Afuera, <b>Maurice Blanchot</b> (1907-2003)<b> </b>rehusó ocupar el lugar de "figura intelectual" que parecía tener predestinado. Hermano mayor de <b>Balthus</b>, amigo de <b>Bataille</b> y <b>Klossowski</b>, <b>Derrida</b> y <b>Levinas </b>adoptó, desde mediados del siglo XX, un estilo de vida eremita que lo alejó de los reflectores de la vida cultural francesa. Aun si desde la década de los cuarenta publicaba con prolijidad, sus apariciones en público serían escasas, no concedía entrevistas, y las fotos que de él conocemos -más allá de su carácter desvaído, desustanciado incluso, de <a href="http://www.readysteadybook.com/minisites/blanchot/includes/maurice_blanchot.jpg">un cierto aire espectral</a>- se cuentan con los dedos de una mano. Se diría que fue alguien tentado permanentemente por una pulsión de desaparición. En todo caso, fue alguien que al renunciar a los avatares y las modas de los <i>ismos </i>de su época llegó a sustraerse a la vicisitud del espectáculo y a la lógica de su contemporaneidad.<br />
Estuvo cerca de convertirse en un escritor sin rostro, un escritor cuyo único espejo sería su propia escritura. Acometió la novela (de especial cuño) y el relato corto, el ensayo crítico y la escritura fragmentaria. Sus textos de crítica devienen, por obra y gracia de agudeza y estilo, piezas de creación literaria, mientras que sus relatos lindan con la prosa subjetiva en la tradición ensayística. Una estética de la fragmentación, el aislamiento y el silencio acompañó sus reflexiones sobre la pérdida de identidad, los límites del pensamiento y la palabra y la posibilidad de expresión, en la muy tensa línea que va de lo imposible de la expresión a la expresión de lo imposible. En la estela de <b>Mallarmé</b>, recorrió las preguntas sobre el Libro como totalidad, como analogía del universo, y sobre el modo en que el acto de escribir comienza cuando surge la pregunta: ¿qué es escribir? (Pregunta germen, por cierto, de la literatura llamada posmoderna).<br />
De joven estudió psiquiatría y medicina, carreras que no ejerció, pero en las que sin duda empezaría a interrogar al cuerpo como fuente de signos, a indagar en torno a la muerte, a presentir el ser como insuficiencia. De precaria salud toda su vida (en lo que algunos vieron el por qué de su retiro), no vio impedimento para vivir casi un siglo y -teórico del desobramiento y la <i>ausencia de obra- </i>dejar una obra sin parangón en la literatura; si admitimos que lo que se llama obra en <b>Blanchot</b> no es sino el continuo ejercicio ("Toda mi obra es sólo un ejercicio", decía en <i>El libro que vendrá</i>) de pensar y escribir la imposibilidad de la obra literaria, de escribir desde otro lugar que no sea la íntima exterioridad que funda un <i>habla de escritura</i>: "Escribir: Trazar un círculo en cuyo interior vendría a inscribirse el Afuera de todo círculo".<br />
Para el escritor, decía, la experiencia del habla (<i>parole</i>) de escritura, ese Afuera, es lo que se llama literatura.<br />
Pero<b> Blanchot</b> también exploraría las distancias entre el registro del habla y la escritura a partir de <b>Platón</b>, <b>Wittgenstein</b>, o la poesía de <b>Paul Celan</b>. Al abordar las características de la palabra que -por (a)mor de transferencia- circula en otro ejercicio, otra experiencia de habla (<i>parole</i>) que involucra a la letra, el ensayo que copio ahora:<i> El habla analítica,</i> podría situarse en la senda de estas indagaciones.<br />
Además de testimoniar la lectura blanchotiana de <b>Freud</b> y de <b>Lacan</b> (en especial del "Discurso de Roma"),<b> </b>en el texto se trata, entre otras cosas, del diálogo analítico concebido como una dialéctica singular, donde la palabra y la verdad advienen a partir de una extraña relación de a dos, donde tres se ven comprometidos.<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="3" id="Articulos" style="background-color: white; color: black; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 10px; text-align: start; width: 100%px;"><tbody>
<tr><td class="Parrafo"><div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">El habla analítica</span></b></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<b><span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">Maurice Blanchot</span></b></div>
</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: small; line-height: 16px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: small; line-height: 16px;">Cuando pensamos en Freud, no dudamos de que hemos tenido con él una reencarnación tardía, la última quizá, del viejo Sócrates. Cuánta fe en la razón. Cuánta confianza en el poder liberador del lenguaje. Cuánta virtud concedida a la relación más simple: un hombre que habla y un hombre que escucha. Y resulta que no sólo se curan las mentes, sino también los cuerpos. Aquello es admirable, aquello entonces rebasa la razón. Para evitar cualquier burda y mágica interpretación de ese fenómeno maravilloso, Freud tuvo que hacer un pertinaz esfuerzo de dilucidación, tanto más necesario cuanto que su método tenía un origen impuro, al haber empezado muy cerca del magnetismo, la hipnosis y la sugestión. ¿Acaso las relaciones, incluso reducidas a relaciones de lenguaje, entre enfermo y médico, no serían siempre esencialmente mágicas?</span></div>
<span style="background-color: white; font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: small; line-height: 16px; text-align: justify;">La magia no siempre exige ceremonias, ni la imposición de las manos o el uso de las reliquias. Ya está allí donde un hombre se hace el importante al lado de otro, y si existen entre un mero enfermo y su médico relaciones de autoridad donde éste abusa siempre de su importancia, con mayor razón todavía cuando ese enfermo se considera a sí mismo o es considerado como insensato.</span><span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small; line-height: 16px;"></span><br />
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">En cualquier clínica psiquiátrica, esta impresión de violencia llama la atención del espectador, violencia reforzada además por el espectáculo. El habla no es libre, los ademanes engañan. Todo lo que dice uno, todo lo que hace el otro, enfermo o médico, es trampa, ficción o prestigio. Estamos en plena magia.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">Y cuando Freud descubrió —con qué malestar— el fenómeno de la "transferencia", donde tuvo que volver a encontrar el equivalente de las relaciones de fascinación propias de la hipnosis, habría podido buscar en ello la prueba de que aquello que sucedía entre las dos personas reunidas ponía en juego fuerzas oscuras, o esas relaciones de influencia que siempre se atribuyó a la magia de las pasiones, pero, al contrario, se ciñe admirablemente a su presentimiento de que el médico desempeña un papel, no encantado, sino más oculto. Nulo quizás, y por eso, muy positivo, el papel del médico, de una presencia-ausencia en la que llega -a recuperar forma y expresión, verdad y actualidad, algún drama antiguo, algún acontecimiento real o imaginario, profundamente olvidado. Por lo tanto, el médico no estaría ahí en sí, sino en lugar de otro, él es otro y lo otro antes de llegar a ser el otro. Freud, en ese instante, procura sustituir, quizás antes de saberlo, la magia por la dialéctica, pero también la dialéctica por el movimiento de un habla distinta.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">En todo caso, si lo supo, lo desechó rápidamente, lo que puede lamentarse, pero también puede pensarse que fue una suerte, ya que Freud, en vez de utilizar un vocabulario filosófico establecido y de nociones precisas y ya elaboradas, fue llevado a un extraordinario esfuerzo de descubrimiento e invención de lenguaje que permitió exponer, de un modo evocador y persuasivo, el movimiento de la experiencia humana, sus nudos, sus momentos en que, a un estadio cada vez más elevado, un conflicto —el mismo conflicto—, insoluble y sin embargo que debe resolverse, lleva más lejos al individuo que se educa, se altera y se deshace en él. <a class="Citas" href="http://www.nel-mexico.org/articulos/seccion/radar/edicion/60/300/El-habla-analitica#notas" style="color: #666666; text-decoration: none; vertical-align: super;">[1]</a></span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">Lo sorprendente es la especie de pasión del origen que animó a Freud —la que experimenta también, primero, en su forma invertida: repulsión por el origen.<a class="Citas" href="http://www.nel-mexico.org/articulos/seccion/radar/edicion/60/300/El-habla-analitica#notas" style="color: #666666; text-decoration: none; vertical-align: super;">[2]</a> Y así, invita a buscar a cada uno, detrás de sí, para encontrar la fuente de toda alteración, un "acontecimiento" primero, individual, propio de cada historia, una escena, algo importante y sobrecogedor, pero algo que no puede dominar ni determinar aquel que lo experimenta y con lo que tiene relaciones esenciales de insuficiencia.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">Por una parte, se trata de remontarse hasta un comienzo. Ese comienzo tuvo que ser un hecho. Ese hecho tuvo que ser singular, vivido como único y, en este sentido, inefable e intraducible. Pero, al mismo tiempo, ese hecho no es único. Es el centro de un conjunto inestable y fijo de relaciones de oposición e identificación. No es un comienzo. Cada escena está siempre a punto de abrirse a una escena anterior, y cada conflicto no sólo es él mismo, sino el recomienzo de un conflicto más antiguo, al que reanima y a cuyo nivel tiende a restablecerse. Ahora bien, esta experiencia siempre ha sido la de una insuficiencia fundamental. Cada uno hace la experiencia de sí como ente insuficiente. Como si tuviéramos acceso a las diversas formas de la existencia tan sólo estando privados de nosotros y privados de todo.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">Nacer es, después de haberlo tenido todo, carecer súbitamente de todo, y primeramente del ser —si el niño no existe ni como cuerpo constituido ni como mundo. Todo es exterior a él, y no es casi nada sino aquel exterior: el Afuera, la exterioridad radical sin unidad, la dispersión sin nada que se dispersa; la ausencia que no es ausencia de nada. Esa es la primera y única presencia del niño. Y cada vez que cree haber conquistado con lo circundante una determinada relación de equilibrio, cada vez que recupera un poco de vida inmediata, de nuevo tiene que privarse de ella (el destete, por ejemplo). Siempre es al lado de esa carencia y por la exigencia de esa falta que se forma el presentimiento de lo que él será, su historia. Pero esa carencia es el "inconsciente": la negación que no sólo es carencia, sino relación con lo que falta —deseo. Deseo cuya esencia es ser eternamente deseo, deseo de lo imposible de alcanzar e incluso de desear.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">Bien se sabe que la suerte del hombre es la de nacer prematuramente, y que debe su fuerza a su debilidad, fuerza que es fuerza de la debilidad, es decir pensamiento. Como quiso decirlo probablemente Pascal, el hombre tuvo que hacerse débil para llegar a ser pensante. Pero esa falta original de donde le vino todo, esa carencia experimentada como una culpa, las prohibiciones que preservan la falta y nos impiden colmarla, a fin de que no podamos nunca tener ni ser, estando siempre apartados de lo próximo a nosotros, siempre destinados a lo extraño: esas vicisitudes, esas dichosas dificultades, esos episodios tremendos que llenan la historia de nuestra cultura son, ante todo, la expresión de nuestra propia experiencia. Extraña experiencia.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">Por muy puramente que creamos pensar, siempre será posible oír en este pensamiento puro el retumbar de los accidentes de la historia original del pensador, y oír este pensamiento, comprenderlo a partir de los accidentes oscuros de su origen. Por lo menos tenemos esto, esta certeza acerca de nosotros mismos, este saber de cuanto nos es más particular e íntimo, y si ya no tenemos el puro pensamiento, en cambio tenemos y conocemos la espina que permanece en la carne, al habernos remontado hacia aquellos momentos primeros donde quedó fijado algo de nosotros y donde nos rezagamos indebidamente. Por consiguiente, ése es el punto donde todo habría empezado.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">Lo cual sería cierto si se tratara de momentos realmente primeros. Pero la fuerza del análisis es disolver todo lo que parece ser primero en una anterioridad indefinida: todo complejo disimula siempre otro, y todo conflicto primordial lo hemos vivido como si siempre lo hubiéramos vivido, vivido como otro y como vivido por otro, en cuyo caso no lo vivimos nunca, sino que lo revivimos y no podemos vivirlo, y precisamente es esta separación, esta inextricable distancia, este redoblamiento y desdoblamiento indefinido, el que, cada vez, constituye la sustancia del episodio, su triste fatalidad, como su poder formador, y lo hace inasible como hecho y fascinante como recuerdo. ¿Y acaso tuvo realmente lugar alguna vez? No importa, pues lo que cuenta es que, bajo la interrogación apremiante del silencio del psicoanalista, poco a poco lleguemos a ser capaces de hablar de él, de relatarlo, de hacer de este relato un lenguaje que recuerda y de este lenguaje la verdad animada del acontecimiento inasible —inasible porque siempre está perdido, porque siempre falta en relación consigo. Habla liberadora donde encarna precisamente como falta y así finalmente se realiza.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">La situación del análisis, tal como Freud lo descubrió, es una situación extraordinaria que parece salir del mundo mágico de los libros. Esa puesta en relación, como se dice, del sofá y el sillón, ese diálogo desnudo en que, dentro de un espacio separado, aislado del mundo, dos personas, invisibles la una para la otra, poco a poco son inducidas a confundirse con el poder de hablar y el poder de oír, a no tener más relación que la intimidad neutra de las dos caras del discurso, esta libertad, para el uno, de decir cualquier cosa, para el otro, de escuchar sin atención, como inconscientemente y como si no estuviera allí. Y esta libertad que llega a ser, en esto mismo, la relación más oscura, más abierta y más cerrada. Este que, por así decirlo, no debe dejar de hablar, dando la expresión a lo incesante, no sólo diciendo aquello que no puede decirse, sino hablando poco a poco como a partir de la imposibilidad de hablar.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">Imposibilidad que está siempre ya en las palabras, no menos que por debajo de ellas, vacío y blanco, que no es un secreto, ni una cosa callada, sino cosa siempre ya dicha, callada por las palabras mismas que la dicen y en ellas. Y así todo siempre está dicho, y nada está dicho. Y aquel que parece ser el más despreocupado, el más ausente de los auditores, un hombre sin rostro, apenas alguien, especie de cualquiera que hace equilibrio con lo cualquiera del discurso, como un hueco dentro del espacio, un vacío silencioso que sin embargo es la verdadera razón de hablar, que rompe sin cesar el equilibrio, hace variar la tensión de los intercambios, responde y no responde, y transforma insensiblemente el monólogo sin salida en un diálogo donde cada uno ha hablado.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">Cuando se ve el escándalo que Jacques Lacan provocó en algunos medios del psicoanálisis al identificar —identidad de diferencia— la búsqueda, el saber, la técnica psicoanalítica con relaciones esenciales del lenguaje, ello puede parecer sorprendente —sin sorpresa pese a todo—, por lo evidente que parece ser el hecho de que el principal mérito de Freud es el de haber enriquecido la "cultura humana" con una forma sorprendente de diálogo, donde —quizá llegaría a vislumbrarse algo que nos ilumine a nosotros mismos a través del otro cuando hablamos.<a class="Citas" href="http://www.nel-mexico.org/articulos/seccion/radar/edicion/60/300/El-habla-analitica#notas" style="color: #666666; text-decoration: none; vertical-align: super;">[3]</a></span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">Diálogo sin embargo extraño, extrañamente ambiguo debido a la situación sin verdad de ambos interlocutores. Cada uno engaña al otro y se engaña sobre el otro. Uno está siempre dispuesto a creer que la verdad sobre su caso ya está presente, formada y formulada en aquel que escucha y que sólo demuestra mala voluntad al no revelarla.<a class="Citas" href="http://www.nel-mexico.org/articulos/seccion/radar/edicion/60/300/El-habla-analitica#notas" style="color: #666666; text-decoration: none; vertical-align: super;">[4]</a> El otro, que no sabe nada está siempre dispuesto a creer que sabe algo, porque dispone de un vocabulario y un marco supuestamente científicos donde la verdad sólo tiene que integrarse.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">Por lo tanto, escucha a partir de una posición de fuerza, ya no como un puro oído, un puro poder de oír, sino como un saber que desde un principio sabe mucho, juzga al paciente, lo mide y, en ese lenguaje inmediato, oye científicamente y descifra hábilmente otro lenguaje —el de los complejos, de las motivaciones ocultas, de los recuerdos olvidados— con el cual entra en comunicación, para que, por un sistema de exclusas y diques, esa habla todavía muda se eleve en el que habla, nivel tras nivel, hasta la decisión del lenguaje manifiesto. Pero como no está prohibido para el paciente haber leído las obras de Freud, él no es más inocente, en principio, que el hombre docto del sillón, incluso si no se sirve de Freud para resistirle a Freud, no será fácil llegar, entre esas dos personas, al disimulo más profundo que debería transparentarse en tal encuentro.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">El psicoanalista tiene que hacerse psicoanalizar. Esta es una exigencia a la que está siempre dispuesto a someterse tradicionalmente, pero no tanto a someterle lo que sabe y la forma en que lo sabe. ¿Cómo psicoanalizarse de su saber, dentro de ese mismo saber? Sin embargo, si el psicoanálisis se ha convertido en una "ciencia objetiva" como las otras, que pretende describir y determinar la realidad interior del sujeto, manejar a éste con ayuda de recetas probadas y reconciliarlo consigo mismo haciéndole cómplice de fórmulas satisfacientes, esto no sólo proviene del peso natural de las cosas, de la necesidad de certidumbre, deseo de inmovilizar la verdad a fin de disponer de ella cómodamente, necesidad al fin de tener algo mejor que una ciencia de segundo orden; también proviene de que al habla errante que suscita, responde en el médico una profunda ansiedad que intenta colmarse recurriendo a un saber ya hecho, por la creencia en el valor explicativo de algunos mitos, por la ilusión también de que más allá del lenguaje se entra realmente en relación con la vida íntima del sujeto, con su historia verdadera, con un montón de residuos pedantes y banales que se enredan y desenredan a gusto, a fin de no estar expuesto, en una relación de desigualdad desconocida, con esa habla hueca —hueca, incluso cuando está llena— que sólo pide ser oída.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">Además, se sabe que en muchos casos el psicoanálisis se ha convertido principalmente en una disciplina de complemento y que muchos de quienes lo reivindican no vacilan en utilizar los procedimientos usuales de observación médica. Quizá sea inevitable. Pero entonces, ¿cómo no ver que la "relación" propuesta por Freud está destruida en su esencia? ¿Cómo puede esperarse reconciliar en sí el psicoanálisis que siempre lo cuestiona a uno en el lugar mismo que ocupa como observador, como pensador, sabio o parlante, y el psicoanálisis considerado de repente como la afirmación ingenuamente absoluta de un saber científicamente cierto, que explica una realidad objetivamente determinada?</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">El esfuerzo de Jacques Lacan consiste precisamente en tratar de situarnos de nuevo ante esa esencia del "diálogo" psicoanalítico que él entiende como la forma de una relación dialéctica, la cual, sin embargo, recusa (desune) la dialéctica misma. Emplea fórmulas de este tipo: El sujeto empieza el análisis hablando de sí sin hablarle a usted -o hablándole a usted sin hablar de sí. Cuando pueda hablarle de sí, el análisis habrá terminado. Enseña que lo esencial del análisis es la relación con el otro, en las formas que hace posible el desarrollo del lenguaje.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">Libera el psicoanálisis de todo lo que lo convierte ya sea en un saber objetivo, ya sea en una suerte de acción mágica; denuncia el prejuicio que conduce al analista a buscar más allá de las palabras una realidad que se esforzaría en alcanzar: No hay nada que pueda extraviar más al psicoanalista como la pretensión de guiarse por un supuesto contacto que experimente con la realidad del sujeto . . . El psicoanálisis siempre es una relación dialéctica donde el no-actuar del analista guía el discurso del sujeto hacia la realización de su verdad, y no es una relación fantasmal donde se rozan dos abismos. No se trata de saber si el sujeto volvió a recordar cualquier cosa: sólo relató el acontecimiento. Lo hizo pasar en el verbo o más exactamente en el epos donde él relaciona con la hora presente los orígenes de su persona. En la rememoración psicoanalítica no se trata de realidad, sino de verdad . . . Tal esfuerzo de purificación, que sólo empieza, sin duda es una empresa importante, y no sólo para el psicoanálisis.<a class="Citas" href="http://www.nel-mexico.org/articulos/seccion/radar/edicion/60/300/El-habla-analitica#notas" style="color: #666666; text-decoration: none; vertical-align: super;">[5]</a></span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">La originalidad del "diálogo" psicoanalítico, sus problemas, sus riesgos y, quizá al final, su imposibilidad, ahora aparecen mejor.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">Esa liberación del habla por sí misma representa una apuesta sobrecogedora a favor de la razón entendida como lenguaje, y del lenguaje oído como poder de recogimiento y concentración en el seno de la dispersión.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">Aquel que habla y acepta hablar cerca de otro poco a poco encuentra los caminos que harán de su habla la respuesta a su habla. Esa respuesta no le viene de afuera, habla de oráculo o habla de dios, respuesta del padre al hijo, de aquel que sabe a aquel que no quiere saber sino obedecer, habla petrificada y petrificante que se gusta de llevar en lugar de sí como una piedra. Es preciso que la respuesta, incluso viniendo de fuera, venga de adentro, vuelva a aquel que la oye como el movimiento de su propio descubrimiento, permitiéndole reconocerse y saberse reconocido por ese extraño, confuso y profundo otro que es el psicoanalista y donde se particularizan y universalizan todos los interlocutores de su vida pasada que no lo oyeron.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">El doble rasgo de ese diálogo es que sigue siendo un habla solitaria destinada a encontrar sola sus caminos y sus medidas, y que sin embargo, aunque se expresa sola, no logra cumplirse más que como una relación verdadera con un otro verdadero, relación donde el interlocutor —lo otro— deja de pesar sobre la palabra que dijo el sujeto (entonces apartado de sí como del centro), sino que la oye y al oírla le responde, y por esta respuesta lo hace responsable, lo hace realmente parlante, hace que él haya hablado de verdad y en verdad.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">La palabra verdad que surge ahí y que justamente Jacques Lacan usa preferentemente a la palabra realidad, desde luego es la más fácil de desmentir, es siempre desplazada, desconocida por el saber que dispone de ella para el conocimiento, de modo que más valdría (quizá) renunciar a ella, si no planteara el problema del tiempo y en primer lugar el de la duración del tratamiento, pues no hay que olvidar que el sujeto no siempre es un diletante en busca de sí mismo, sino alguien profundamente menoscabado a quien conviene "curar". ¿Entonces, cuándo está terminada la cura? Sólo cuando el paciente y el analista estén ambos satisfechos. Respuesta sobre la cual podemos soñar.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">Puesto que no puede tratarse de una satisfacción del humor, sino de esta especie de complacencia que es la sabiduría, ello equivale a decir que debe aguardarse el final de la historia y esa satisfacción suprema que es el parangón -de la muerte como ya lo sugería Sócrates. Esto no es una crítica. Uno de los aspectos impresionantes del análisis es el hecho de que esté ligado a la necesidad de ser siempre "finito e infinito", de acuerdo con la expresión de Freud. Cuando empieza, empieza sin fin. La persona que se somete a él entra en un movimiento cuyo término es imprevisible, así como en un razonamiento cuya conclusión trae consigo algo como un poder nuevo, la imposibilidad de concluir. Porque, diciéndolo apresuradamente, aquí toma la palabra lo incesante y lo interminable.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">El eterno machacar cuya exigencia fue encontrada por el paciente, pero que fue detenida por él en formas fijas que se inscriben ahora en su cuerpo, su conducta, su lenguaje. ¿Cómo ponerle un término a lo interminable? ¿Cómo podrá cumplirse el habla precisamente por cuanto es infinita, y precisamente encontrar fin y significación en el recomienzo de su movimiento sin fin? Sin duda se nos dice que primero se trata de un mensaje limitado que debe ser expresado (descifrado) cuando es necesario. Pero entonces la tarea es todavía más difícil puesto que sobre el fondo de lo interminable, que se debe a la vez preservar, afirmar y cumplir, tiene que tomar forma y dar término un habla precisa que sólo será justa si cae en el momento justo. En efecto, el momento de la respuesta no es menos importante que la dirección de la respuesta.</span></div>
<div style="line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">Una respuesta "verdadera" que interviene muy pronto o muy tarde ya no tiene poder de responder; sólo cierra la pregunta sin hacerla transparente o bien se convierte en el fantasma de la pregunta indefinidamente sobreviviente. Otra apariencia del recomienzo eterno donde lo que aparece (disimulándose) es que no hay comienzo ni término, movimiento que no es dialéctico, que amenaza toda dialéctica y que, en el lenguaje mismo, también habla, habla que no es verdadera ni falsa, ni sensata ni insensata, sino siempre lo uno y lo otro. Habla que es la más profunda, pero que habla como la profundidad sin profundidad. Y tal vez sea el peligroso deber del psicoanalista el intentar suprimirla, al suprimir lo que efectivamente se opone a toda conducta o a toda expresión supuestamente normal, pero suprimiéndose en esta forma a sí mismo, y por esto volviendo a encontrar la muerte. Su verdad. <a class="Citas" href="http://www.nel-mexico.org/articulos/seccion/radar/edicion/60/300/El-habla-analitica#notas" style="color: #666666; text-decoration: none; vertical-align: super;">[6]</a></span></div>
</td></tr>
<tr><td class="PunteadoH" style="background-image: url(http://www.nel-mexico.org/images/punteado_horiz.gif); background-position: 50% 50%; background-repeat: repeat no-repeat; height: 16px; text-align: justify;"></td></tr>
<tr><td><ul>
<li style="text-align: justify;"><span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;"><br /></span></li>
</ul>
<ol>
<li style="text-align: justify;"><span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">En la correspondencia que Freud mantuvo con W. Fliess de 1887 a 1902, correspondencia hasta hace poco inédita y recientemente traducida al francés (<b><i>La naissance de la psychanalyse</i></b>), se sigue ese tanteo, los desvíos y vanos intentos, se notan las renuncias, los silencios, la necesidad de saber que se constituyen precipitadamente en pensamientos y definiciones. Hay palabras conmovedoras: en 1893, cuando todavía está lejos de lo que será el psicoanálisis, Freud le escribe a su amigo: "Soy demasiado viejo, perezoso y acaparado por un montón de obligaciones para poder aprender algo nuevo". Pero en 1897: "No fracasaremos. En vez del paso que buscamos, tal vez descubramos océanos cuya exploración deberán llevar más lejos nuestros sucesores. Sin embargo, si no zozobramos prematuramente y si nuestra constitución lo soporta, triunfaremos. Llegaremos".</span></li>
<li style="text-align: justify;"><span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">La correspondencia con Fliess confirma lo que se sabía: sólo el autoanálisis, después de la muerte de su padre, le permitió a Freud dejar de buscar la fuente de la neurosis en una escena de seducción real —cosa rara, todas sus pacientes tenían a un padre, a un tío o a un hermano que las habían seducido durante su infancia—, para llegar a la idea del complejo, en particular del complejo de Edipo, cuya configuración le disimulaba la rara estructura de su propia familia. "Mi autoanálisis, por el momento, es realmente lo más esencial y promete tener para mí la mayor importancia si logro terminarlo . . . ". "Algo que vino de las profundidades abismales de mi propia neurosis se opuso a que adelantara más en la comprensión de las neurosis". "Este análisis es más dificultoso que cualquier otro y también paraliza mi poder de exponer y comunicar las nociones ya adquiridas". ¿Pero el autoanálisis acaso es posible? "Un verdadero autoanálisis es realmente imposible, y de lo contrario no habría más enfermedad. "Bien parece estar en relación con el método del análisis el hecho de que Freud siempre necesite de un amigo a quien poder enseñar sus pensamientos mientras van descubriéndose: amigo que se convierte a menudo y rápidamente en un enemigo. También se nota en Freud un apasionante vaivén de pensamiento que explica en parte que, siendo tan firme respecto del principio de su método, pueda renunciar tan libre y fácilmente a ciertos esquemas de explicaciones que sus discípulos tenderían a convertir en dogmas: "A veces zumban pensamientos en mi mente y espero que me permitan explicarlo todo . . . Después esas ideas huyen de nuevo sin que haga esfuerzos para retenerlas, puesto que yo sé que su aparición en el consciente y luego su desaparición, no dan ninguna información verdadera sobre su destino".</span></li>
<li style="text-align: justify;"><span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;"><b><i>La psychanalyse: sur la parole et la langage</i></b> (P.U.F.) Algunos psicoanalistas franceses se agruparon en 1953 para constituir "la Sociedad francesa de psicoanálisis". El volumen publicado en 1956 bajo ese título (acontecimiento de importancia) constituía la primera recopilación de trabajos. El informe de Jacques Lacan, <b><i>Fonction et champ de la parole et du langage en psychanalyse,</i></b>informe leído y discutido en Roma, en septiembre de 1953, formaba el centro (ya descentrado) de ese volumen. Las observaciones publicadas entonces y reproducidas aquí sólo están en relación con el texto de Jacques Lacan. Añadía en esa época la siguiente interrogación: ¿Se trata de una nueva orientación del psicoanálisis? De una inflexión, de un viraje, sin duda, que constituye la vuelta al pensamiento de Freud tal como lo esclarecerían y lo confirmarían algunas formas de la filosofía y el saber contemporáneos, liberados de sí mismos, o sea la ciencia misma como posible.</span></li>
<li style="text-align: justify;"><span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">Jacques Lacan dice de un modo notable: La ilusión que nos lleva a buscar la realidad del sujeto más allá del muro del lenguaje es la misma por la que el sujeto cree que su verdad ya está dada en nosotros, que la conocemos de antemano . . .</span></li>
<li style="text-align: justify;"><span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">En verdad, a condición de que la palabra dialéctica y los análisis de Hegel no den lugar, a su vez, a fórmulas mágicas capaces de responderle a todo. Las mismas búsquedas en torno del lenguaje son engañosas, en la medida en que el lenguaje siempre es más y siempre menos que el lenguaje, siendo, también, en primer lugar, escritura, y luego, al final, en un porvenir no acaecido: escritura fuera de lenguaje. Me pregunto si el ejemplo de Freud, inventando, y con qué libertad, su vocabulario y los esquemas más variados de explicación para intentar dar cuenta de lo que descubría, no demuestra que cada experiencia se beneficia con proseguirse, comprenderse y formularse primero en relación consigo misma.</span></li>
<li style="text-align: justify;"><span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;">El psicoanálisis —es algo muy sabido— es tanto una técnica como un conocimiento. Poder, acción y comprensión siempre es un horizonte de ciencia. En este sentido, muy próximo al marxismo. El poder de la técnica es poder de comprender; pero ¿acaso es la comprensión que da poder? ¿O es el poder que abre la comprensión? Lo uno y lo otro, pero en una forma que permanece oscura y equívoca. El médico no pretende actuar sobre el enfermo; el poder no está situado ni en el uno ni en el otro; está entre ellos, en el intervalo que los separa y los une a la vez y en las fluctuaciones de esas relaciones que fundan la comunicación. Sin embargo, prácticamente, hay un enfermo que es necesario curar, una técnica adelantada cuyo fin sólo es la curación y el médico que tiene la responsabilidad de ella. La "comunicación psicoanalítica" lo más a menudo (en su forma siempre dominante) es concebida en términos de poder, y el habla que ella asegura es poder de hablar en las condiciones normales de una determinada sociedad. De modo que el psicoanálisis, convertido a su vez, en este caso, en una institución, corre el riesgo, quiéralo o no, de servir a las formas institucionales que, históricamente, sólo contienen al habla.<span style="background-color: white;"> </span></span></li>
</ol>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small;"><i style="background-color: white;">De: El diálogo inconcluso</i><span style="background-color: white;"> en Monteávila Editores, Caracas, 1996. Traducción de Pierre la Place</span> (<i>L’entretien infini; Gallimard, 1969).</i></span></div>
</div>
</td></tr>
</tbody></table>
</div>
Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-77934436525420008692012-08-08T14:45:00.000-05:002012-11-12T09:11:51.253-06:00Jean Allouch. "Ser lacaniano"<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<i>Traduzco un breve texto de Jean Allouch, escrito en respuesta a una solicitud expresa en septiembre de 2010. En él, el autor de </i>Letra por letra<i> da su versión de lo que es "ser lacaniano". </i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<i>***</i></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: justify;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNwntLJtzSy4BbqMTvB4yPqzJ8aa6hjl0QEVJqcK8ouYC4TIeEM7d7f7X1efTMGov-cL5w8S_Oe5nEixt8eaMJL_Polt5a2bgk5oZE8cp4C8GQ9a6OkxwzIyO5P-JmB-qamq0HWCoL6qLL/s1600/allouch.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="128" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNwntLJtzSy4BbqMTvB4yPqzJ8aa6hjl0QEVJqcK8ouYC4TIeEM7d7f7X1efTMGov-cL5w8S_Oe5nEixt8eaMJL_Polt5a2bgk5oZE8cp4C8GQ9a6OkxwzIyO5P-JmB-qamq0HWCoL6qLL/s200/allouch.jpg" width="200" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Jean Allouch</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #76a5af;">¿Qué es, para usted, ser lacaniano hoy?, me pregunta. Pero no, ¡no lo soy! "Lacaniano" no es para nada una característica de mi ser. Ser que, por otra parte, no tolera ninguna determinación de este orden. Tampoco elegí a Jacques Lacan como alguien de quien yo esperara obtener una ética, que me dijera cómo vivir, desear, amar, morir. A pesar de algunos esfuerzos que él pudo hacer en ese sentido, no hice de él mi maestro espiritual. Mi analista, sí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #76a5af;">Por lo tanto hubo, hay más... Porque sí, estoy activo en el seno de una escuela lacaniana (170 miembros a este día), la primera en quererse tal y la única, todavía hoy, en saber y decir por qué. Una escuela (no un grupo, una asociación, un círculo, etc.) no tiene proyecto, política, si no es a partir del reconocimiento de que cierto saber (y sus consecuencias sobre el ejercicio analítico) no recibió el asentimiento de la comunidad a la cual, en primer lugar, estaba destinado. Nos ocupamos entonces de eso, de que ese saber conquiste la aceptación de los espíritus, incluso que oriente las prácticas. Puede resumirse en tres términos: real, simbólico, imaginario. Revisitar el conjunto de los problemas analíticos a partir de esta ternaridad, de eso precisamente se ocupó Lacan. Era desplazar a Freud, donde domina el conflicto un pensamiento "en dos", no "en tres". Era también poner en acto el hecho de que Freud y Lacan no se mezclan más que el agua y el aceite.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #76a5af;">Una segunda apuesta prescribe la escuela: la llamada "didáctica". Desde que uno admite que el psicoanalista es una tumba, que no sabría en modo alguno hablar de un análisis a quien fuere salvo interviniendo salvajemente en la transferencia (eso, incluso si dicho análisis está pretendidamente terminado y bajo el pretexto falaz de una sabia comunicación, médica, de hecho, cuando eso no está a la mano), sólo puede ocurrir al analizante levantar acta de su análisis en tanto didáctico. Entonces acoger y, llegado el caso, confirmar ese testimonio sólo es posible en el seno de una escuela. Decirle por qué y cuáles condiciones se requieren, eso no se puede en unas cuantas palabras.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #76a5af;">Ser lacaniano hoy es no descuidar o no maltratar el pasaje de analizante a analista; es instaurar una relación crítica con la enseñanza de Jacques Lacan tal que ninguno de sus planteamientos sea recibido como si fuera de suyo porque viene de él; es, en fin, así lo manifiestan las dos primeras características, no ser lacaniano sino hallar un punto de exterioridad respecto al camino abierto por Lacan, tal que ese camino sea recibido como el menos impropio para acoger eso que aún no puede sino llamarse locura.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #76a5af;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #76a5af;">Traducción: Gabriel Meraz-Arriola</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<i style="text-align: left;">El texto original en francés <a href="http://www.jeanallouch.com/document/218/2010-etre-lacanien.html">aquí</a></i></div>
</div>
Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-27893602120982585422012-08-05T11:01:00.000-05:002012-08-12T01:05:47.738-05:00¿Pero entonces dónde está Ornicar?<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<a href="http://t1.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRhfxxMxz-6Fu1CLlaiiiIGIduqEp9qd0AURPLhsMFjnyP2mK47QHUqx8PuAg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://t1.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRhfxxMxz-6Fu1CLlaiiiIGIduqEp9qd0AURPLhsMFjnyP2mK47QHUqx8PuAg" width="207" /></a>Aparecida en enero de 197<span style="background-color: black;">5, la revista <b>Ornicar?</b> fue una publicación periódica del Champ Freudien (término que, además de un proyecto editorial de <b>Lacan</b>, designaba el campo inventado por él para situar su práctica, su escuela y su enseñanza). De esta suerte, dirigida al inicio por <b>Jacques-Alain Miller</b>, la revista quedó ligada en su origen tanto a la Escuela Freudiana de París como al departamento de enseñanza del psicoanálisis de la Universidad de Paris VIII, más tarde lo estaría a la Cause Freudienne. Además de lecciones de los seminarios de <b>Lacan</b>, establecidas contemporáneamente por su yerno y que n</span><span style="background-color: black;">o han vuelto a ver la luz </span><span style="background-color: black;">, la revista publicó una ingente cantidad de artículos; algunos que -en la medida en que se habla de ellos por doquier pero escasea quien los ha leído- bien merecen la etiqueta de "clásicos". Y es que hasta hace poco la revista era de esc</span><span style="background-color: black;">asa circulación. </span><br />
<span style="background-color: black;"><b>Ornicar?</b>, palabra que (de no leer psicoanálisis lacaniano) al hab</span><span style="background-color: black;">lante </span><span style="background-color: black;">nativo del castellano no le dice nada, evoca al escolar francés una mnemotecnia asociada al aprendizaje de las conjunciones de "su" len</span><span style="background-color: black;">gua -así la palabra no está en el diccionario pero está en<i> lalengua-</i>:<i> mais</i>, <i>ou</i>, <i>donc</i>, <i>et</i>, <i>or</i>, <i>ni,</i> <i>car</i>, homofonía de<i> mais où donc est ornicar?</i> ¿Pero entonces dónde está ornicar? </span><br />
<span style="background-color: black;">El post se debe a que ahora la revista <b>Ornicar?</b> está -en su lengua original y no-toda, aclaro- e</span><span style="background-color: black;">n la red. </span><br />
<span style="background-color: black;">Y puede descargarse <a href="http://es.scribd.com/collections/3628079/Ornicar">aquí</a>. </span></div>Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-2083754011484507562012-07-17T11:58:00.004-05:002012-07-17T13:48:15.682-05:00Coloquio: "Lecturas críticas de El amor Lacan" (reuniones previas)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://www.ecole-lacanienne.net/documents/actualites/963/logo-mgh.thumb.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://www.ecole-lacanienne.net/documents/actualites/963/logo-mgh.thumb.jpg" /></a></div>
Como preámbulo al coloquio "Lecturas críticas de <i>El amor Lacan</i>", a realizarse los próximos 16 y 17 de noviembre, cuatro miembros de la École lacanienne de psychanalyse proponemos un dispositivo de lectura que da inicio el 4 de agosto.<br />
<div align="center" style="background-color: #d52c2a; color: #333333; font-family: Garamond, 'Times New Roman', Times, serif; font-size: 12pt; text-align: center;">
<strong style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 10pt;"><span style="font-size: 12pt;"><br /></span></strong><br />
<div style="text-align: left;">
<strong style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 10pt;"><span style="font-size: 12pt;">Coloquio</span>: </strong></div>
</div>
<div align="center" style="background-color: #d52c2a; color: #333333; font-family: Garamond, 'Times New Roman', Times, serif; font-size: 12pt; text-align: center;">
<br /></div>
<div style="background-color: #d52c2a; color: #222222; font-family: arial, sans-serif; font-size: 13px;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 10pt;"><strong>Fecha: 16 y 17 de noviembre de 2012</strong></span></div>
<div style="background-color: #d52c2a; color: #222222; font-family: arial, sans-serif; font-size: 13px;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 10pt;"><strong>Lugar: Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MuAC), Sala de Conferencias y Auditorio (salas simultáneas).</strong></span></div>
<div style="background-color: #d52c2a; color: #222222; font-family: arial, sans-serif; font-size: 13px;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 10pt;"><strong>Horario: viernes 16 de noviembre de 15 a 20 horas, sábado 17 de noviembre de 10 a 20 horas.</strong></span></div>
<div align="center" style="background-color: #d52c2a; color: #222222; font-family: arial, sans-serif; font-size: 13px; text-align: center;">
<strong style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 10pt;"><br /></strong><br />
<div style="text-align: left;">
<strong style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 10pt;">Actividad preparatoria: </strong></div>
</div>
<div align="center" style="background-color: #d52c2a; color: #222222; font-family: arial, sans-serif; font-size: 13px; text-align: center;">
<br /></div>
<div style="background-color: #d52c2a; color: #222222; font-family: arial, sans-serif; font-size: 13px;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 10pt;">Proponemos un dispositivo de lectura preparatorio del Coloquio que pasará por una interrogación sobre las consecuencias de este libro, como por sus condiciones de producción, y no sólo por aprehender sus tesis centrales.</span><br />
<div style="background-color: #e8cdff; color: #3f373f; font-family: arial, helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 10px; margin-top: 10px; outline: none; padding-left: 120px;">
Si este ejercicio de lectura será analítico lo será en la medida en que los factores de subjetivación propios de un dispositivo no pueden omitirse; y se pretende crítico en dos sentidos: en el kantiano, que busca situar las condiciones de posibilidad de un fenómeno, y en el sentido de la llamada teoría crítica que propone situar las condiciones y consecuencias materiales de la producción de ciertas tesis.</div>
<div style="background-color: #e8cdff; color: #3f373f; font-family: arial, helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 10px; margin-top: 10px; outline: none; padding-left: 120px;">
Es lo menos que puede exigirse cuando uno se acerca a un libro que propone un vínculo entre el amor y el misticismo.</div>
<br /></div>
<div style="background-color: #d52c2a; color: #222222; font-family: arial, sans-serif; font-size: 13px;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 10pt;">Lugar: Sala de Conferencias del MuAC</span></div>
<div style="background-color: #d52c2a; color: #222222; font-family: arial, sans-serif; font-size: 13px;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 10pt;">Horario: 10 am a 12 pm</span></div>
<div style="background-color: #d52c2a; color: #222222; font-family: arial, sans-serif; font-size: 13px;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 10pt;">Fechas: 4 y 18 de agosto, 1 de septiembre, 6 y 20 de octubre, 3 de noviembre.</span></div>
<div style="background-color: #d52c2a; color: #222222; font-family: arial, sans-serif; font-size: 13px;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 10pt;">Organizan: Patricia Garrido, Manuel Hernández, Helena Maldonado, Gabriel Meraz.</span></div>
<div style="background-color: #d52c2a; color: #222222; font-family: arial, sans-serif; font-size: 13px;">
<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><b>Para descargar el argumento de la actividad<a href="http://www.ecole-lacanienne.net/documents/actualites/963/m-g-h-el-amor.pdf"> aquí</a></b></span></div>
</div>Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-63769919157176456172012-07-11T14:05:00.000-05:002012-10-16T13:49:00.407-05:00Retratos (II): Lacan, Leclaire y Perrier van de paseo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
Aquí va <b>Lacan</b> con el casquete más corto de lo acostumbrado y acompañado de dos de sus caciques: <b>Serge Leclaire</b> (el de en medio) y <b>François Perrier</b> (el más llenito). El aire relajado de cada uno deja ver que es una foto de los tiempos (más bien breves) en que todo era felicidad entre los tres. Pareciera que dan un paseo campestre, pero es de suponer que se daban receso de una reunión de trabajo (es decir de tejemanejes políticos). Pudiera ser que estén en Guitrancourt, donde <b>Lacan</b> tenía una casa a unos cuantos kilómetros de Paris. Allí en ocasiones se reunía con sus allegados los fines de semana, y no se privaba de recibir a algún analizante si éste lo iba a ver. De hecho <b>Perrier</b> en esta época aún se analizaba con <b>Lacan</b>, y aquí lo vemos en una franca relación especular con su maestro-analista, pues -como el mismo <b>Perrier</b> lo hacía notar- los dos usaban corbata de moñito. Lo cierto es que "el gran Jacques" -como no sin sorna íntima le llamaban los de la Troica aquí presentes- es el que luce más elegante de los tres. Mientras <b>Leclaire</b> se ha dejado la corbata muy abajo o el pantalón muy arriba y <b>Perrier</b> se ve incapaz de lucir su traje <b>Lacan</b> conserva su estampa de dandy incluso en medio del bosque.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://data.oedipe.org/media/sedat/lacperlec.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://data.oedipe.org/media/sedat/lacperlec.jpg" /></a></div>
La instantánea muestra por qué en sus memorias <b>Perrier</b> se obsesionaba con bajar diez kilos y dejar de fumar, y beber menos sin dejar de beber. Tiene razón quien asegura que lo borracho se nota en la cara del culpable. Aunque según <b>Perrier</b> el más obsesivo era <b>Leclaire</b>, más ordenado y mesurado, a diferencia de él, más histérico y artístico. Y en efecto, <b>Perrier</b> era músico aficionado y tenía muy buena voz, además de una pluma audaz, nada desprovista de elegancia, agudeza clínica ni sentido del humor. Nunca ocultó su inclinación por el alcohol, y estando rodeado por quien le rodeaba eso tiene otro nombre que cinismo: valentía. De los tres es el único que no mira a la cámara, y aquí parece abstraído en la contemplación de un horizonte infinito; sin embargo, es posible que estuviera mirando hacia su propio interior. En el recuerdo de <b>Wladimir Granoff</b> (el otro integrante de la Troica, que no sale en la foto porque a) se había movido, o b) la estaba tomando), los ojos de <b>Perrier</b> hacían sentir a quien era visto que su mirada también estaba vuelta hacía él mismo. <b>Leclaire</b>, en cambio, sonríe abiertamente a la cámara y parece tan seguro de sí que cualquiera diría que se trata de un médico alsaciano. Tal vez sepa que tiene reservado el lugar de "el primer lacaniano" de la historia; y es que -por algunas razones obvias y otras no tanto- <b>Lacan</b> no podía ser lacaniano. Pero aquí en un gesto acaso inconsciente -en el sentido apenas de lo que no es consciente- <b>Leclaire</b> adopta, al igual que <b>Perrier,</b> una postura especular que hace de su maestro-analista su modelo y duplica su efigie metiendo la mano izquierda en el bolsillo del pantalón. En todo caso <b>Lacan</b> esconde las dos, y es probable que algo entre manos trajeran los tres. Sólo así se explica la sonrisa entre complacida y cómplice que iluminaba suavemente ese día el rostro de <b>Lacan</b>. </div>
Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-27607950504695302402012-06-21T23:31:00.000-05:002012-08-08T10:53:11.391-05:00Jacques Lacan y la fundación de la EFP<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="background-color: black;">Un día como hoy, el jueves 21 de junio pero de 1964, <b>Jacques Lacan</b> fundó su Escuela. Los historiadores del psicoanálisis y los comentaristas han pasado casi totalmente de largo los hechos de carácter más o menos rocambolesco que rodearon la fundación de la Escuela Freudiana de París (EFP). Si <b>Freud</b>, hacia el final de su texto sobre el amor de transferencia nos decía que "nadie puede ser ajusticiado <i>in absentia</i> o <i>in effigie</i>", <b>Lacan </b>fundó -o intentó fundar- su Escuela precisamente en ausencia y en efigie, mediante el puro soporte de la voz (suya o de <b>François Perrier</b>). ¿Se trataba de la tentativa de introducir su ternario en el origen mismo del acto de fundación: Simbólico (<i>absentia</i>), Imaginario (<i>effigie</i>), Real (voz)? Y si así fuera, ¿podría decirse que lo hizo efectivo? La respuesta depende del momento en que se conceda que el famoso "Yo fundo..." que da inicio al acta de fundación de la EFP cumplió su función performativa, dando lugar -en el acto- al nacimiento de la escuela de psicoanálisis, figura comunitaria inédita en la historia de las agrupaciones psicoanalíticas. Recuperar para su estudio algunos sucesos, en s</span><span style="background-color: black;">u valor de anécdota o historia, no revestiría interés alguno de no ser para insertarlos en la lógica del discurso analítico e introducir ciertos cuestionamientos sobre algunos rasgos de estructura presentes en el funcionamiento de las escuelas de psicoanálisis y aquello que transmiten a partir de la enseñanza de <b>Lacan</b>, para</span><span style="background-color: black;"> lo cual también resulta ineludible la lectura crítica -en el après coup de la historia y a la luz de la actualidad- del Acta de Fundación de la EFP.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="http://www.beoworld.org/assets/thumbnails/belcanto608.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://www.beoworld.org/assets/thumbnails/belcanto608.jpg" /></a></div>
A este ejercicio nos abocaremos en la segunda reunión de <i>RSI: Los tres registros de Lacan y el campo freudiano, </i>actividad de la École Lacanienne de Psychanalyse.<br />
La información de la actividad <a href="http://www.ecole-lacanienne.net/actualites/details-942.php">aquí.</a><br />
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</div>Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-57530525070506815102012-05-28T08:40:00.002-05:002012-10-09T13:05:38.846-05:00Retratos (I): Freud con su perra Jofi<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
No por amo menos amoroso, pero a buen seguro esta foto muestra a <strong>Freud </strong>en su faceta de amo. Frisando ya los ochenta, un gesto como inclinarse a dar una caricia a <b>Jofi</b> (belleza, en hebreo), su inseparable chow chow de los últimos años, revela más dificultad que parsimonia en el andar de un hombre que aun en su edad madura rebosaba jovialidad. Ahora el cuerpo de <b>Freud</b> parece tenso y rígido y las líneas de expresión de su rostro sugieren la adustez y la severidad normales en quien ha sufrido enfermedad. Incluso la barba ya completamente blanca deja adivinar en su boca una contenida amargura. Se ha dicho poco de la pasión tardía de <b>Freud</b> por los perros, pero no resulta anómala en alguien que ha pasado medio siglo escuchando a media humanidad. El atuendo impecable del maestro ―un traje hecho a la medida, como debía ser, nos decía él, la técnica del psicoanalista― y la decoración del famoso estudio revelan de manera inequívoca un cuadro burgués. Los tapetes y tapices confieren a la imagen un ambiente exótico en el que domina un gusto <em>fin de siécle. </em>Por más que el cuello de la camisa nos parezca arrugado el nudo de la corbata ajustado a la perfección y la cadena del reloj cruzando el chaleco rescatan la imagen de <b>Freud</b> como hombre de impoluta elegancia. <br />
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<a href="http://leschiensetleurshumains.files.wordpress.com/2012/03/freud1.jpg?w=545&h=413" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://leschiensetleurshumains.files.wordpress.com/2012/03/freud1.jpg?w=545&h=413" /></a><br />
<br />
Sobre el escritorio, cerca de los dos brazos izquierdos (el de cuero y el de carne y hueso) que en mutua labor sostienen a <b>Freud</b> en su descenso, reposan unos papeles en discreto desorden, seguramente notas o páginas manuscritas de alguno de sus últimos trabajos. Al fondo, sobre el ventanal, cuelga el pequeño espejo victoriano que <b>Freud</b> usaba para acomodar sus prótesis mandibulares antes de pasar al consultorio (donde <b>Jofi</b> rara vez se le separaba), y ahora es posible vislumbrar en él la calva occipital del analista. De uno concentrarse en tal reflejo especular pensaría de inmediato en el cráneo freudiano que inmortalizó en <a href="http://jralonso.es/files/2011/05/pinacoteca_dali_morphology_of_the_skull_of_sigmund_freud.jpg">un boceto</a> <strong>Salvador Dalí</strong>, el mismo que hizo decir al pintor de Figueras haber replicado la imagen de una inminente calavera. Pero el punto de fuga del retrato lleva el ojo observador hacia la perra, que parece no interesarse en la cámara y algo atisba en la lejanía, en esa actitud tan de los canes de mirar inquietamente el vacío que ha llevado a alguna gente a atribuirles la facultad de divisar espíritus. Suele creerse que el reloj gobernaba implacable el tiempo que duraban las sesiones en Bergasse 19, pero según cuenta <b>Martin Freud </b>en su libro sobre su padre, cuando <b>Jofi</b> ―que solía estar tumbada al lado del diván― se levantaba bostezando, <b>Freud</b> veía en su gesto perruno el signo fehaciente de que era momento de cortar, si bien ella podía anticiparse uno o dos minutos precipitando una suerte de escansión lacaniana <i>avant la lettre</i>. <b>Jofi</b> moriría de un ataque cardíaco pocas semanas después de ser tomada esta foto. <b>Freud </b>―reconociendo en el amor a estos animales uno de cuño especial, pues, decía, es ajeno a la ambivalencia― confesó en una carta a <b>Arnold Zweig</b> que su duelo por la perra le parecía algo irreal, "sin embargo, por supuesto, no podemos fácilmente desembarazarnos de 7 años de intimidad". El creador del psicoanálisis sobreviviría dos años a su mascota, pero aquí de octogenario ya daba la impresión de cargar sobre su espalda el peso de todo el siglo XX. Y el tiempo parece no desmentir lo que decía en silencioso rictus su columna vertebral.</div>
Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-20918487396080544892012-05-21T13:46:00.000-05:002012-05-21T23:27:15.062-05:00RSI: Los tres registros de Lacan y el campo freudiano<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: center;">
<img border="0" height="290" kba="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgN8Z3eIK0jKs26KAmC7vV3xDu4TNoXmuEeozjs0How6bqNhaO6gKyflmlFCIWtv-eg3kuKCFg4GlKMmtj7WVGnHSTSDt_FUgGTp4rnz6Srl-QK6hW65wDdV76M3AMzkFFIVegw6mfn7903/s400/index_r1_c1.jpg" width="400" /></div>
<div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: center;">
<img border="0" height="268" kba="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuCcODqHlIMq0CCRVR4lMFpw3VMUy0Wm7_IsQxh_6nGKQcHZCb_JoAmeABBf-QFK0BaYQmhwBMjCJ6vRKAUJUnO4YuiFVw3VNe1NtfpIW6YAXrApdRH2LhySEtpynQU43WLV4u2xVgIUHj/s400/index_r2_c1.jpg" width="400" /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIt9psftUn15lexYMpyVm3Lqn43hIkn8ETeEXH2iQY4dahKWNwO9qAetXnkMM-jL7YdJDvlX3q5dQEMYG9bFVqtXK93rCKEdZNKJDvaW-8w_1-8B1BCBs1J3Y2Kz5MvcY0LW7aCTCXY1eK/s1600/index_r3_c1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="143" kba="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIt9psftUn15lexYMpyVm3Lqn43hIkn8ETeEXH2iQY4dahKWNwO9qAetXnkMM-jL7YdJDvlX3q5dQEMYG9bFVqtXK93rCKEdZNKJDvaW-8w_1-8B1BCBs1J3Y2Kz5MvcY0LW7aCTCXY1eK/s400/index_r3_c1.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
Más información <u><a href="http://www.ecole-lacanienne.net/actualites/details-942.php">aquí</a></u></div>
</div>Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-74844273469387315912012-05-17T09:45:00.000-05:002012-08-23T08:43:01.840-05:00Alain Badiou, su teoría del sujeto y Lacan<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="background-color: black; font-family: Georgia, 'Times New Roman', Times, serif; font-size: 15px; line-height: 22px;">"Mientras más poesía lee uno, menos tolerante se vuelve a cualquier forma de verbosidad, ya sea en el discurso político o filosófico, en historia, estudios sociales o en el arte de la ficción".</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: right;">
<span style="background-color: black;">Joseph Brodsky</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRO9aXTFXGikkbusJP1MYZRgIXm3GFlK_39fLtcknLROPYc9H8hxn2d4N7gvBhupLAAQ2tbnBGsvPp7dh362F4rfsj2VjJPiyUnssBlpceKb2bjC2cZnwNHfn9mHla8GzGUPw6Vyaxdpqb/s1600/blog_583_1_badiou.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="139" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRO9aXTFXGikkbusJP1MYZRgIXm3GFlK_39fLtcknLROPYc9H8hxn2d4N7gvBhupLAAQ2tbnBGsvPp7dh362F4rfsj2VjJPiyUnssBlpceKb2bjC2cZnwNHfn9mHla8GzGUPw6Vyaxdpqb/s320/blog_583_1_badiou.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<b>Alain Badiou</b> es sin duda uno de los pensadores que ha llevado con mayor <strike>fortuna</strike> provecho las aguas de la enseñanza lacaniana al molino de sus elaboraciones teóricas. La semana pasada el diario argentino Página 12 publicó <a href="http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-193652-2012-05-10.html">un pequeño texto</a> donde de un modo autobiográfico <b>Badiou</b> ofrece un breve recuento de su andar por ese río que mezcla las aguas de la vida y la teoría, y en el que dedica a su relación con la obra de <b>Lacan</b> unas palabras que encontré propicias para situar unas diferencias entre la teoría del sujeto que plantea <b>Badiou</b> y la del propio <b>Lacan. </b>Aquí van:<br />
<div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: inherit; line-height: 19px;">Lacan me enseñó la conexión, el lazo necesario entre una teoría de los sujetos y una teoría de las formas. Me enseñó cómo y por qué el pensamiento sobre el sujeto, que había sido opuesto a menudo a la teoría de las formas, no era en realidad inteligible más que en el marco de esa teoría. Me enseñó que el sujeto es una pregunta que no es en absoluto de carácter psicológico ni fenomenológico, sino que es una pregunta axiomática y formal. ¡Más que toda otra pregunta! </span></blockquote>
Cabe creer que con "teoría de las formas" <b>Badiou</b> se refiere a las formas platónicas. Pero en todo caso, y en buen discurso filosófico, tales formas presuponen sustancias. <i>Son</i> sustancias. La teoría del sujeto en <b>Lacan</b>, -y de manera clara a partir del momento en que define al sujeto como "lo que un significante representa para otro significante" (1963)- vincula al sujeto a una forma, sí, pero no en un sentido platónico, pues se trata de una forma sin sustancia. Incluso si <b>Lacan</b> habla del "ser del sujeto", no habría allí una ontología, menos una ontología sensible a la política y la antropología, como podría ser quizá el ámbito en el que se despliegan las indagaciones de <b>Badiou</b>. Más adelante sigue:<br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: inherit;"> <span style="line-height: 19px;">Lacan era para mí una prosa; seguí poco los seminarios. Era una prosa teórica, un estilo que combinaba, justamente en la prosa misma, los recursos del formalismo y los recursos de mi único y verdadero maestro en materia de poemas, que era Mallarmé. Esta conjunción en la prosa, esta posibilidad de la conjunción del formalismo de un lado (el matema) y del otro la sinuosidad mallarmeana me convenció de que se podía, en materia de teoría del sujeto, circular entre el poema y la formalización.</span></span></blockquote>
</div>
<div>
<span style="font-family: inherit; line-height: 19px;"> Si puede ser cierto que entre matema y poema el estilo de <b>Lacan</b> iba y venía, si uno se atuviera a los <i>Escritos</i> quedan fuera ciertos enunciados de pasaje que, en su elaboración sucesiva y gradual, hilvanaron el discurso de <b>Lacan</b> con las cuestiones más atinentes a la práctica analítica (donde -¿no está de más decirlo?- nada tiene un carácter axiomático). Fuera queda el sujeto como efecto de corte ("El deseo y su interpretación"), fuera el sujeto causado por un objeto que no es sino la imagen de una nada ("La angustia"), por ejemplo. ¿O alguien ha visto pulular a este sujeto en los <i>Escritos</i>? Sin la lectura de los seminarios, ciertamente para algunos, es posible que los enunciados de <b>Lacan</b> quedasen reducidos a una "prosa teórica". Eso depende de los ojos que los recorran. No veo problema en ello, si se tiene en cuenta que el discurso analítico no es -ni será jamás- una filosofía</span><span style="font-family: inherit; line-height: 19px;">. A veces no viene mal invitar a Perogrullo a recordarnos algo: la teoría del sujeto de <b>Badiou</b> (et. al.) es filosofía, la de <b>Lacan</b> no. Si no me creen, lean a <b>Badiou </b>(con todo y sus matemas):</span><span style="font-family: inherit; line-height: 19px;"> </span><br />
<span style="font-family: inherit; line-height: 19px;"></span><br />
<a name='more'></a><br />
<span style="line-height: 19px;"><a href="http://es.scribd.com/doc/29830184/Alain-Badiou-Teoria-del-Sujeto" style="-x-system-font: none; display: block; font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 14px/normal Helvetica, Arial, Sans-serif; margin: 12px auto 6px; text-decoration: underline;" title="View Alain Badiou - Teoría del Sujeto on Scribd">Alain Badiou - Teoría del Sujeto</a><iframe class="scribd_iframe_embed" data-aspect-ratio="0.772727272727273" data-auto-height="false" frameborder="0" height="600" id="doc_89975" scrolling="no" src="http://www.scribd.com/embeds/29830184/content?start_page=1&view_mode=list&access_key=key-crmvn21clhricmrr0et" width="400"></iframe></span><br />
<span style="font-family: inherit; line-height: 19px;"><br /></span></div>
</div>
Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-91510095701277717792012-05-15T15:55:00.002-05:002012-05-16T10:53:19.371-05:00Adiós a Carlos Fuentes (1928-2012)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Hace unas horas murió <b>Carlos Fuentes</b>. Por alguna razón que se me escapa -pero a <b>Jung</b> seguramente no-, a poco de despertar esta mañana pensé en unas palabras suyas. Ahora, de su alfabético libro de ensayos <i>"En esto creo", </i>copio estas otras:<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwk1jr1VL05pqiZS-psGw75ZFK6NVAbxFw5NvMqsjRnC9Zhm3j4uF1SkfOD5cfoIbQisUPb9nfd3ARcNYIEMavydsq1MnJ_d-P8LIRISTyDqGtn7Ep6YftdPt-a-QpBf-fHu487ByluCmz/s1600/images+(3).jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwk1jr1VL05pqiZS-psGw75ZFK6NVAbxFw5NvMqsjRnC9Zhm3j4uF1SkfOD5cfoIbQisUPb9nfd3ARcNYIEMavydsq1MnJ_d-P8LIRISTyDqGtn7Ep6YftdPt-a-QpBf-fHu487ByluCmz/s1600/images+(3).jpg" /></a></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<b style="color: #d5a6bd;"><i>MUERTE</i></b></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #d5a6bd;">Cuando se trata de acompañar a la muerte, ¿cuál es el
tiempo válido para la vida? Freud nos advierte que lo que no tiene vida existió
con anterioridad a lo vivo. El fin de toda vida es la muerte, una reina
todopoderosa que nos precedió y seguirá aquí cuando desaparezcamos. ¿Nos
anunció antes de ser? ¿Nos recordará después de haber sido? O más bien, la nada
que nos precedió y que nos seguirá, ¿sólo se vuelve consciente en tanto
naturaleza, no en tanto nada, gracias a nuestro paso por la vida? La muerte
espera al más valiente, al más rico, al más bello. Pero los iguala al más
cobarde, al más pobre, al más feo, no en el simple hecho de morir, ni siquiera
en la conciencia de la muerte, sino en la ignorancia de la muerte. Sabemos que
un día vendrá, pero nunca sabemos lo que es. La esperamos con grados diferentes
de aceptación, de furia, de tristeza, de cuestionamiento, de arrepentimiento,
de eso que Xavier Villaurrutia llamaba nostalgia de la muerte. Hacemos el
balance de nuestra vida, pero sabemos que el verdadero fiscal es la muerte y que
su veredicto lo conocemos de antemano.</span></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #d5a6bd;"><br /></span></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #d5a6bd;">De: <i>En esto creo</i>, Seix Barral, México, 2002.</span></div>
</div>Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-30274517137390378792012-05-03T14:05:00.000-05:002012-05-03T16:00:34.887-05:00Lacan y los surrealismos (seminario)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaa5fXCNng3-C4oqSG1UPDKWSFs2kw3mXgbdOrLUZS595kvo7lb4M2KoACZMMCmRwMi9jOJ4fUZH9rlSgl69vXNWSgv9AMYTthQiA6ZH4fdBlWyJGHBCMXq7jepG8zyfv1yAlTGKFp9HIh/s1600/lacan-y-los-surrealismos.thumb.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaa5fXCNng3-C4oqSG1UPDKWSFs2kw3mXgbdOrLUZS595kvo7lb4M2KoACZMMCmRwMi9jOJ4fUZH9rlSgl69vXNWSgv9AMYTthQiA6ZH4fdBlWyJGHBCMXq7jepG8zyfv1yAlTGKFp9HIh/s320/lacan-y-los-surrealismos.thumb.jpg" width="225" /></a></div>
<br />
<br />
<span style="color: #76a5af;">Seminario de Jorge Baños Orellana</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Viernes 4, sábado 5 y domingo 6 de mayo</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Museo Casa de León Trotsky</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Av. Río Churubusco 410, Colonia del Carmen, Coyoacán</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Argumento:</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Se insiste con que, sin el surrealismo, el psicoanálisis lacaniano nunca habría llegado a ser</span><br />
<span style="color: #76a5af;">lo que es. De acuerdo, ¿pero hasta qué punto y de qué surrealismo estamos hablando?</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Porque las divisiones internas del surrealismo son su marca de nacimiento. Al respecto,</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Jacques Lacan conservaba la amistad con Breton aunque almorzaba regularmente con</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Bataille; se citaba con Dalí aunque era de la corte de Picasso; recomendaba a Caillois</span><br />
<span style="color: #76a5af;">aunque también lo fustigaba; sacaba partido de la antropología fantasmal de Leiris aunque</span><br />
<span style="color: #76a5af;">parecía más próximo a Lévi-Strauss; se inspiraba en textos automáticos aunque también</span><br />
<span style="color: #76a5af;">señalaba su miseria; y es tan cierto que participó de la reclusión psiquiátrica de Artaud</span><br />
<span style="color: #76a5af;">como que fue él quien rescató a Dora Maar de los electrochoques de la clínica Sainte-Anne.</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Y la lista sigue.</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Es hora de comenzar a poner en foco esta relación aparentemente borrosa de Lacan con los </span><span style="color: #76a5af;">muchos surrealismos, precisando cuáles consecuencias habría o no tenido para él en tanto p</span><span style="color: #76a5af;">sicoanalista. Y para evitar la trampa más común, adoptaremos la precaución de no soslayar una dificultad agregada: la añadida por testimonios de que los protagonistas del s</span><span style="color: #76a5af;">urrealismo dividido no permanecieron tiesos. Ellos no jugaron, para nuestra comodidad, </span><span style="color: #76a5af;">siempre la misma partida; ni tampoco, hay que decirlo, Lacan permaneció siempre en la </span><span style="color: #76a5af;">senda de los primeros pasos. </span><br />
<span style="color: #76a5af;">Al respecto, 1938 fue un año elocuente.</span><br />
<span style="color: #76a5af;">La agitación comienza el mes de enero, en París, con la inauguración de la Exposición</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Internacional Surrealista (hecha para responder a la exposición nazi de “El arte</span><br />
<span style="color: #76a5af;">degenerado” realizada en Munich) y los siguientes meses serán el marco de una</span><br />
<span style="color: #76a5af;">consolidación simultánea y extrema de prácticamente todas las fracciones del movimiento:</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Breton escribe con Trotsky el “Manifiesto por un arte revolucionario independiente”;</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Caillois lee “Viento de invierno”; Bataille, “El aprendiz de brujo”; Leiris corrige La edad</span><br />
<span style="color: #76a5af;">del hombre; el Guernica peregrina por ocho ciudades europeas; Artaud publica El teatro y</span><br />
<span style="color: #76a5af;">su doble. Por su parte, Lacan entrega el fascículo La familia, condensando las conclusiones</span><br />
<span style="color: #76a5af;">de la primera época. 1938 marca, así, una innegable línea de llegada, lo que no impide</span><br />
<span style="color: #76a5af;">que, retroactivamente, lo tomemos también como el año del punto de inflexión; porque la</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Segunda guerra mundial estalla y, a su término, nadie vuelve a ser el mismo.</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Los pormenores del antes, el durante y el después de 1938 serán, por eso, el eje ordenador</span><br />
<span style="color: #76a5af;">de este seminario psicoanalítico a propósito de los surrealismos de Jacques Lacan.</span><br />
<span style="color: #76a5af;"><br /></span><br />
<span style="color: #76a5af;">BIBLIOGRAFÍA :</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Jacques Lacan: [1931], “Estructura de las psicosis paranoicas”, en El analiticón: clínica</span><br />
<span style="color: #76a5af;">psicoanalítica de las psicosis, n°4, Barcelona, 1987, pp. 5-20. Original: “Structure des</span><br />
<span style="color: #76a5af;">psychoses paranoïaques”, Semaine des Hôpitaux de Paris, n° 14, juillet 1931, p.</span><br />
<span style="color: #76a5af;">440. En http://www.ecole-lacanienne.net/documents/1931-07-07.doc</span><br />
<span style="color: #76a5af;">[1931] con Joseph Lévy-Valensi y Pierre Migault, “Écrits inspirés :</span><br />
<span style="color: #76a5af;">schizographie”, Annales Médico-Psychologiques, en 11 de noviembre 1931 t. II, p. 520.</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Incluido como anexo en De la psychose paranoïaque dans ses rapports avec la</span><br />
<span style="color: #76a5af;">personnalité, Paris, Seuil, 1975.</span><br />
<span style="color: #76a5af;">También en: http://www.ecole-lacanienne.net/documents/1931-11-12a.doc</span><br />
<span style="color: #76a5af;">[1932] De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad, tr. Antonio</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Alatorre, México, Siglo xxi, 1976.</span><br />
<span style="color: #76a5af;">[1957], “La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud”, en Escritos 1,</span><br />
<span style="color: #76a5af;">siglo XXI, México D.F:.</span><br />
<span style="color: #76a5af;">André Breton[1928/62], Nadja, ed. Joaquin Mortiz, México, 1967.</span><br />
<span style="color: #76a5af;">[1930], “Segundo Manifiesto”, incluido en Manifiestos del surrealismo, tr. Andrés Bosh,</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Barcelona, Labor, 1992.</span><br />
<span style="color: #76a5af;">[1930] con Paul Eluard, La inmaculada concepción, ed. de la Flor, Buenos Aires, 1972.</span><br />
<span style="color: #76a5af;">[1952] Conversaciones (1913-1952), FCE, México D.F., 1987.</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Otros:</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Danielle ARNOUX [1993], “La ruptura entre Jacques Lacan y Gäetan Gatian de Clérambault</span><br />
<span style="color: #76a5af;">», rev. Litoral n°16: Antecedentes lacanianos, tr. Federido Höller, Córdoba, Argentina, abril</span><br />
<span style="color: #76a5af;">de 1994.</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Antonin ARTAUD [1947], Van Gogh, el suicidado por la sociedad, Argonauta, Buenos Aires,</span><br />
<span style="color: #76a5af;">2007</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Alice MAHON [2005], Surrealismo, eros y política, 1938-1968, Alianza, Madrid, 2009.</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Gabriel MERAZ-ARRIOLA, “La escritura de un cuerpo imposible: Antonin Artaud”, en</span><br />
<span style="color: #76a5af;">rev. Litoral n°43, México D.F. , 2011.</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Juan TOVAR, “La obra soñada”, en rev. Litoral n°43, México D.F. , 2011.</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Inscripciones:</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Las inscripciones sólo se efectuarán con los inscriptores, ya que el Museo no permite que se</span><br />
<span style="color: #76a5af;">efectúen en el lugar. El costo de la misma es de $1.000 hasta el primero de abril. Luego,</span><br />
<span style="color: #76a5af;">hasta el 3 de mayo, será de $1.300</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Beatriz Aguad, aguad@cablevision.net.mx</span><br />
<span style="color: #76a5af;">Pola Mejía, tepoztlan.pola@gmail.com</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<span style="color: #76a5af;">Gena Riccio, genariccio@prodigy.net.mx</span></div>Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-75735790327789045252012-05-02T16:04:00.000-05:002012-05-03T11:03:07.485-05:00Guido Ceronetti: Nietzsche visto por Rudolf Steiner<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<i><span style="color: #e06666; text-align: left;">Nietzsche, ya por entonces loco, visto por Rudolf Steiner en Naumburg: </span><span style="color: #e06666; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 17px; text-align: left;">«</span><span style="color: #e06666; text-align: left;">Su entidad anímico-espiritual estaba ya propiamente fuera de él, ya sólo se adhería al cuerpo como si estuviera retenida por un grueso cordón.» </span><span style="color: #e06666; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 17px; text-align: left;">«</span><span style="color: #e06666; text-align: left;">Se tenía la maravillosa impresión de que el verdadero Nietzsche estaba suspendido en realidad de su cabeza.» Lo vio como reencarnación cercana a un fraile franciscano que practicara intensos ejercicios de mortificación. Según Steiner, en la vida terrena de Nietzsche, aquella alma mortificada rechazaba sumergirse en la corporeidad y en la materia. Zarathustra, como fruto de la lucha mortal entre el asceta menor y el filólogo de Naumburg.</span>
</i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="color: #e06666;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/UcCmilAsTQU?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<blockquote class="tr_bq">
<br />
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="color: #e06666;">De: G. Ceronetti, El silencio del Cuerpo, Acantilado, Barcelona, 2006.</span></div>
<br class="Apple-interchange-newline" /></blockquote>
</div>Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-35926346598199072152012-04-16T09:00:00.001-05:002012-07-26T13:59:40.770-05:00Arthur Schnitzler sobre el psicoanálisis<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiC4n0MrO6SVOZQtK_2xfhS0NnC_Ocf8ae4HIL2bDxQlkf81TFuYEPpCPZwud4ngmsgkOr_TvnrDr6buTLSupWyGXyvE6QmkxrAyCshoiYIN57t6RsPjoygf6r7FsTEYXyfcuOkPQHs2tPY/s1600/600full-arthur-schnitzler.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiC4n0MrO6SVOZQtK_2xfhS0NnC_Ocf8ae4HIL2bDxQlkf81TFuYEPpCPZwud4ngmsgkOr_TvnrDr6buTLSupWyGXyvE6QmkxrAyCshoiYIN57t6RsPjoygf6r7FsTEYXyfcuOkPQHs2tPY/s320/600full-arthur-schnitzler.jpg" width="219" /></a></div>
<div style="text-align: right;">
<br />
<i>"Que venga aquel que dice ser parecido a mí que le escupo en la jeta"</i></div>
<div style="text-align: right;">
Arthur Cravan, poeta y boxeador</div>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
Tal vez para algunos el nombre de <b>Arthur Schnitzler</b> evoque de inmediato la figura más o menos fantasmal de "el doble de <b>Sigmund Freud</b>". Lo cierto es que cuando el futuro escritor nació en Viena el 15 de mayo de 1862 el futuro analista venía de cumplir seis años. Su padre, un laringólogo que atendía a cantantes y actores, no veía con buenos ojos las inquietudes literarias del hijo, de modo que el joven <b>Arthur</b> torció el brazo y estudió medicina siguiendo la sombra paterna, y durante un tiempo, una senda próxima a la del creador del psicoanálisis: se especializó en neurología al tiempo que se apasionaba con la hipnosis y la histeria, seguía los cursos psiquiátricos de <b>Meynert</b> y se deleitaba estudiando las traducciones de <b>Bernheim</b> y <b>Charcot</b> que salían de la pluma de <b>Freud</b>. Mientras hacía de médico (en el consultorio de su padre trataba la afonía mediante hipnosis y sugestión), el escritor en ciernes escribía casi a escondidas (a los 18 años consigna en su diario haber escrito 23 dramas y tener empezados 13 más). Pero -como no hay mal que dure siempre ni médico que lo aguante- poco a poco dejó la consulta para consagrarse de lleno a las letras, lo que significaba pasar menos tiempo escrutando gargantas irritadas y más en el café. La primera pieza escénica que estrenó <b>Schnitzler</b>, <i>Paracelso</i> (1898), giraba en torno a la hipnosis. Parece que <b>Freud</b> la leyó ese mismo año y, a decir de <b>Roland Jaccard</b>,<b> </b>habría comentado: "Me ha sorprendido ver cuánto puede saber un escritor de estos asuntos". Como quiera que fuere, es imaginable el impacto que antes de publicar <i>La interpretación de los sueños</i> pudo suscitar en <b>Freud</b> la lectura de versos así:<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="font-family: "Courier New"; font-size: 10pt; margin: 0cm 0cm 0pt;">
<em><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Y acuérdate que cada noche nos fuerza</span></em></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: "Courier New"; font-size: 10pt; margin: 0cm 0cm 0pt;">
<em><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">A descender a un mundo desconocido,</span></em></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: "Courier New"; font-size: 10pt; margin: 0cm 0cm 0pt;">
<em><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Privados de nuestra fuerza y</span></em><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">, <em>nuestra riqueza </em>...</span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: "Courier New"; font-size: 10pt; margin: 0cm 0cm 0pt;">
<em><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Pues toda la abundancia y las adquisiciones de la vida</span></em></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: "Courier New"; font-size: 10pt; margin: 0cm 0cm 0pt;">
<em><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Tienen poco peso frente a los sueños,</span></em></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: "Courier New"; font-size: 10pt; margin: 0cm 0cm 0pt;">
<em><span style="font-family: Verdana; font-size: 10pt;">Que nos encuentran abúlicos al dormir.</span></em></div>
<br />
Por el diario del escritor vienés se sabe que en 1900 leyó la obra de <b>Freud</b> sobre el sueño, momento a partir del cual integraría en sus narraciones algunos procesos y mecanismos oníricos allí descritos. Antes que <b>Joyce</b>, <b>Svevo</b> y <b>Virginia Woolf</b> exploró los alcances narrativos del llamado "monólogo interior", y se dice que hay que agradecer a<b> Joyce</b> que hoy se hable de <i>stream of consciousness</i>, pues, de ser <b>Schnitzler</b> más famoso, habría que hablar de <i>Bewusteisströmung</i>. Además del engaño y la celotipia llevada a extremos demenciales, fue una presencia constante en la obra de<b> Schnitzler</b> el parentesco que hay entre el amor y la muerte, la incidencia del determinismo inconsciente en la vida cotidiana y la crítica del lenguaje y los valores falaces que encierra el blablabla. Símbolos de la decadencia propia del renacimiento de la Viena finisecular, los personajes que habitan sus obras parecen ir y venir dominados por una sensación de fin del mundo.<br />
<br />
<b>Freud</b> seguía con atención los pasos de su contemporáneo y sin tapujo profesaba admiración a su trabajo. Sin embargo, pese a vivir en la misma ciudad, incluso en el mismo barrio, pese a jugar cartas cada semana con el hermano menor del escritor, <b>Freud</b> no hizo el mínimo intento de entablar amistad con <b>Schnitzler</b>. Nunca se conocieron personalmente. Para sus biógrafos, la relación que no tuvieron estas dos figuras centrales de la cultura vienesa ha constituido un expediente curioso, del cual se conservan sólo tres cartas. Las dos que <b>Freud</b> dirigió al escritor datan de 1906 y 1922. En la primera de ellas, el creador del psicoanálisis señalaba su afinidad de ideas en lo que toca a "muchos problemas psicológicos y eróticos", y le dice: "A menudo me he preguntado con asombro cómo había llegado usted a tal o cual conocimiento íntimo y secreto que yo había adquirido sólo después de una prolongada investigación sobre el tema"; para declarar al final "envidiar al autor que antes admiraba". La de 1922 es la más conocida. Después de felicitar a <b>Schnitzler</b> por sus sesenta años le escribe: "Tengo, no obstante que hacer una confesión, que le ruego no divulgue ni comparta con amigos ni enemigos. Me he atormentado a mí mismo preguntándome por qué en todos estos años jamás había intentado que trabáramos amistad ni charlar con usted (...) La respuesta contiene esta confesión, que me parece demasiado íntima. Creo que lo he evitado porque sentía una especie de reluctancia a encontrarme con mi doble (<i>doppelgänger</i>)". Esta declaración podría no ser más que un regalo de cumpleaños de <b>Freud, </b>acorde con la efusividad que solía demostrar en su faceta de corresponsal. Pero también podría ser cierto que <b>Schnitzler</b> encarnara en cierta forma el fantasma del escritor y artista que <b>Freud</b> no llegó a ser, posibilidad que jamás se animó a encarar frente a frente. <b>Freud</b> concluía su carta con una confesión más melancólica: "Discúlpeme que vuelva a caer en el psicoanálisis: no sé hacer otra cosa. Sólo sé que el psicoanálisis no es un modo de hacerse amar".<br />
<br />
Todavía hoy hay quien ve en este dramaturgo y novelista al autor freudiano por excelencia, y los programas de mano de los teatros lo suelen presentar al público como "el doble" del creador del psicoanálisis. ¡Vaya regalo, doctor! Pero si <b>Freud</b> dejó en claro qué pensaba de <b>Schnitzler</b> no es tan fácil saber lo que pensaba <b>Schnitzler</b> de <b>Freud</b>. En todo caso, su postura frente al valor del psicoanálisis es por lo menos escéptica, como lo manifiestan los siguientes aforismos:<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
<br />
<span style="color: #76a5af;">Lo nuevo no es el psicoanálisis sino Freud. Igual que no era nueva América, sino Colón. El psicoanálisis siempre ha existido: los médicos, los poetas, los hombres de Estado, los buenos conocedores de la humanidad, han sido siempre por fuerza psicoanalistas, de manera inconsciente o automática.</span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #76a5af;">***</span></div>
<span style="color: #76a5af;">El psicoanálisis, al generalizar sus teorías, no consigue más que vaciarlas de significado. Si efectivamente todo hombre está condenado a enamorarse de su madre y odiar a su padre. habrá que considerar el complejo de Edipo como un fenómeno más del desarrollo, igual que la dentición o la pubertad.</span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #76a5af;">***</span></div>
<span style="color: #76a5af;">La práctica psicoanalítica halaga la vanidad hasta extremos peligrosos. A cualquier nimiedad se le atribuye una importancia desmesurada. Personas absolutamente banales se sienten interesantes, fascinadas por el valor que se les asigna incluso a sus sueños.</span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #76a5af;">***</span></div>
<span style="color: #76a5af;">Anuncio publicado en una revista de psicoanálisis: </span><br />
<span style="color: #76a5af;">Joven elegante , de excelente situación económica y poseedor de un complejo de Edipo modesto pero con buenas perspectivas de futuro desea conocer, con fines honrados, futura infanticida, para excursiones al inconsciente, y en caso de interés también al consciente. Interesadas ponerse en contacto con la redacción de la revista. Clave: mejor sublimar que reprimir. Preferible chicas menores de catorce años. Vírgenes abstenerse.</span><br />
<span style="color: #76a5af;"><br /></span><br />
<span style="color: #76a5af;">De: Arthur Schnitzler, <i>Relaciones y soledades</i>, Edhasa, Barcelona, 1998.</span></div>Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6435181798878241890.post-79507364946230244692012-04-08T16:23:00.001-05:002015-10-08T12:43:03.032-05:00Antonin Artaud, Los enfermos y los médicos<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtYgXFvs7kd-i_grve_VD5Xo13jun2VksCJyIbK83hH5VJgKXe2jsFrBmkPRqp-IyRR0N1aA1lbwikiBuJz62PWZrZITsY-uao5WOT110lZX9-HsecXbDc4SE2WkZCFfFKQXw88j11AP1J/s1600/AA.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtYgXFvs7kd-i_grve_VD5Xo13jun2VksCJyIbK83hH5VJgKXe2jsFrBmkPRqp-IyRR0N1aA1lbwikiBuJz62PWZrZITsY-uao5WOT110lZX9-HsecXbDc4SE2WkZCFfFKQXw88j11AP1J/s1600/AA.jpg" /></a>1946. París. Luego de salir del manicomio de Rodez, el poeta <b>Antonin Artaud</b> entra en un periodo de ebullición creativa. Aunque sigue pernoctando en una clínica psiquiátrica, tiene llave de la puerta y entra y sale a su guisa. Si bien nunca dejó la escritura -durante sus años de encierro escribía cartas, sobre todo cartas-, el último tramo de su vida es el más productivo de su existencia como escritor. Recibe homenajes públicos y un premio literario (el Saint-Beuve por su <i>Van Gogh, el suicidado de la sociedad</i>), firma un contrato con Gallimard para la edición de sus<i> Oeuvres Complètes</i> y escribe algunos de sus libros más importantes: <i>Artaud le Mômo, Ci-Gît</i>. La crema y nata de la cultura europea saluda la liberación del poeta y él hace lecturas públicas más próximas a un acto del Teatro de la Crueldad que a un inocuo recital de poesía. Es que él nunca escribió para hacer literatura y, según dice ahora, escribe para los analfabetas.<br />
En este momento de su recorrido vital, <b>Artaud</b> ha trasladado la escena teatral a su propio cuerpo, un cuerpo que ha hecho propio por la vía del dolor; practica un teatro plenamente orgánico y danza y canta y grita por las calles de Paris para conjurar los maleficios que se ciernen sobre su cuerpo, cuando no se reúne con amigos en<i> Les Deux Magots</i>.<br />
En la misma época escribe también una serie de poemas que pueden leerse como un ajuste de cuentas con la psiquiatría y la experiencia de la alienación: <i>Los enfermos y los médicos, Alienación y magia negra</i>, y el mencionado <i>Van Gogh, el suicidado de la sociedad</i>. De esta suerte, el 8 de junio de 1946, un día después de la célebre sesión del teatro Sarah- Bernhardt,<b> Artaud</b> se encierra en la cabina radiofónica del <i>Club de l'Essai</i>, en el número 37 de la rue de l'Université, barrio Saint-Germain-des-Près, para grabar de propia voz su poema <i>Los enfermos y los médicos</i>. La mañana siguiente, a las 9:30 hrs., la grabación es difundida por la radio francesa. <b>Artaud</b> escucha el programa en casa de su amiga<b> Marthe Robert</b> (la misma que escribió sobre<b> Kafka</b> y <b>Freud</b>) y le confiesa su desagrado al no reconocer su voz. Piensa que la radio le ha dado un ritmo y una tonalidad extraños, con un cierto aire<i> á la</i> <b>Albert Lambert</b>, comediante que hoy pocos recuerdan. La voz de cada cual, lo sabemos, tiene algo de <i>unheimlich</i> para cada cual<i>...</i><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/RaQ-KG4cjrI?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />
En la exaltación de la enfermedad de este poema aparece un rasgo común en los escritos artaudianos: como parte de un linaje que él mismo establecía, <b>Artaud</b> se emparentaba con los grandes enfermos y supliciados (o "suicidados") de la cultura: <b>Hölderlin</b>,<b> Poe</b>, <b>Lautreamont</b>, <b>Nietzsche</b>, <b>Nerval</b>, <b>Van Gogh</b>... Luego alguien como <b>Gilles Deleuze</b> vendría a afirmar que esta clase de enfermos devienen médicos de la sociedad; algo que, a su modo, dijo antes el propio <b>Nietzsche</b> y, aún antes, en medio de sus visiones, <b>William Blake</b>.<br />
<br />
Copio el poema en el original francés y en castellano, en traducción del poeta argentino <b>Aldo Pellegrini</b>:<br />
<a name='more'></a><br />
<pre style="font-family: sans-serif; font-size: 9pt;"><span style="color: #c27ba0;">LES MALADES ET LES MÉDECINS</span></pre>
<pre style="font-family: sans-serif; font-size: 9pt;"></pre>
<pre style="font-family: sans-serif; font-size: 9pt;"><span style="color: #c27ba0;">La maladie est un état.
La santé n’en est qu’un autre,
plus moche.
Je veux dire plus lâche et plus mesquin.
Pas de malade qui n’ait grandi.
Pas de bien portant qui n’ait un jour trahi, pour n’avoir
pas voulu être malade, comme tels médecins que
j’ai subis.
J’ai été malade toute ma vie et je ne demande qu’à
continuer. Car les états de privation de la vie m’ont
toujours renseigné beaucoup mieux sur la pléthore de
ma puissance que les crédences petites-bourgeoises
de :
LA BONNE SANTÉ SUFFIT.
Car mon être est beau mais affreux. Et il n’est beau que
parce qu’il est affreux.
Affreux, affre, construit d’affreux.
Guérir une maladie est un crime.
C’est écraser la tête d’un môme beaucoup moins chiche
que la vie.
Le laid con-sonne. Le beau pourrit.
Mais, malade, on n’est pas dopé d’opium, de cocaïne ou
de morphine.
Et il faut aimer l’affre
des fièvres,
la jaunisse et sa perfidie
beaucoup plus que toute euphorie.
Alors la fièvre,
la fièvre chaude de ma tête,
— car je suis en état de fièvre chaude depuis cinquante
ans que je suis en vie, —
me donnera
mon opium,
— cet être, —
celui,
tête chaude que je serai,
opium de la tête aux pieds.
Car,
la cocaïne est un os,
l’héroïne, un sur-homme en os,
<b>ca i tra la sara</b>
<b>ca fena</b>
<b>ca i tra la sara</b>
<b>ca fa</b>
et l’opium est cette cave,
cette momification de sang cave,
cette raclure
de sperme en cave,
cette excrémation d’un vieux môme,
cette désintégration d’un vieux trou,
cette excrémentation d’un môme,
petit môme d’anus enfoui,
dont le nom est :
merde,
pipi,
con-science des maladies.
Et, opium de père en fi,
fi donc qui va de père en fils, —
il faut qu’il t’en revienne la poudre,
quand tu auras bien souffert sans lit.
C’est ainsi que je considère
que c’est à moi,
sempiternel malade,
à guérir tous les médecins,
— nés médecins par insuffisance de maladie, —
et non à des médecins ignorants de mes états affreux de
malade,
à m’imposer leur insulinothérapie,
santé
d’un monde
d’avachis.</span></pre>
<span style="color: #c27ba0;">
</span>
<br />
<div>
<span style="color: #c27ba0;"><span style="color: #c27ba0;">***</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #c27ba0;">LOS ENFERMOS Y LOS MÉDICOS </span><br />
<br />
<span style="color: #c27ba0;">La enfermedad es un estado,<br />
la salud no es sino otro,<br />
más desagraciado,<br />
quiero decir más cobarde y más mezquino.<br />
No hay enfermo que no se haya agigantado,<br />
no hay sano que un buen día no haya caído en la traición,<br />
por no haber querido estar enfermo,<br />
como algunos médicos que soporté.<br />
<br />
He estado enfermo toda mi vida<br />
y no pido más que continuar estándolo,<br />
pues los estados de privación de la vida me han dado siempre mejores indicios<br />
sobre la plétora de mi poder que las creencias pequeño burguesas de que: BASTA
LA SALUD<br />
<br />
Pues mi ser es bello pero espantoso.<br />
Y sólo es bello porque es espantoso.<br />
Espantoso, espanto, formado de espantoso.<br />
<br />
Curar una enfermedad es criminal<br />
Significa aplastar la cabeza de un pillete mucho menos codicioso que la vida<br />
Lo feo con-suena . Lo bello se pudre.<br />
<br />
Pero, enfermo, no significa estar dopado con opio, cocaína o morfina.<br />
Y es necesario amar el espanto de las fiebres.<br />
la ictericia y su perfidia mucho más que toda euforia.<br />
<br />
Entonces la fiebre,<br />
la fiebre ardiente de mi cabeza,<br />
-pues estoy en estado de fiebre ardiente desde hace cincuenta años que tengo de
vida-<br />
me dará<br />
mi opio,<br />
-este ser-<br />
éste cabeza ardiente<br />
que llegaré a ser,<br />
opio de la cabeza a los pies.<br />
Pues, la cocaína es un hueso,<br />
la heroína, un superhombre de hueso.<br />
<br />
Ca itrá la sará cafena<br />
Ca itrá la sará cafá<br />
<br />
y el opio es esta cueva<br />
esta momificación de sangre cava , este residuo de esperma de cueva,<br />
esta excrementación de viejo pillete,<br />
esta desintegración de un viejo agujero,<br />
esta excrementación de un pillete,<br />
minúsculo pillete de ano sepultado,<br />
cuyo nombre es:<br />
mierda, pipí,<br />
Con-ciencia de las enfermedades.<br />
Y, opio de padre a higa,<br />
higa, que a su vez, va de padre a hijo,<br />
-es necesario que su polvillo vuelva a ti<br />
cuando tu sufrir sin lecho sea suficiente.<br />
<br />
Por eso considero que es a mí, enfermo perenne,<br />
a quien corresponde curar a todos los médicos,<br />
-que han nacido médicos por insuficiencia de enfermedad-<br />
y no a médicos ignorantes de mis estados espantosos de enfermo,<br />
imponerme su insulinoterapia,<br />
salvación de un mundo postrado. </span></div>
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Gabriel Meraz-Arriolahttp://www.blogger.com/profile/10232505638584797081noreply@blogger.com1