Gabriel Meraz Arriola
México D. F.
École lacanienne de psychanalyse
Hablar es necesario, pero cuando se puede hacer algo, es siempre mejor.
John Cage
La estructura
tiene algo que decir.
Glenn Gould
La topología se hizo presente desde el arranque de
la enseñanza lacaniana. Ya en el discurso de Roma se evocaba la figura del toro
(anillo) para situar la función de la palabra en un lugar interior a un tiempo
que exterior al campo del lenguaje. Más tarde, los llamados esquemas L y R
tendrían -a decir de Lacan- un estatuto topológico. Pero ¿cuál fue el estatuto
de la topología en la enseñanza psicoanalítica de Jacques Lacan?
Ya se trate de grafos, esquemas, superficies o
nudos es posible arriesgar respuestas diversas. Sin embargo, en cualquier caso
es seguro que el recurso a la topología no constituía una referencia meramente
teórica, ni respondía a la búsqueda de metáforas o analogías que ilustraran
algo de orden inefable. Sin demostrar
nada, la presencia creciente de figuras y objetos topológicos en la enseñanza
lacaniana parecería obedecer a una exigencia de índole estructural, si admitimos –con Lacan- que “el sujeto tiene la
estructura de la superficie, al menos topológicamente definida”[1];
o bien, más adelante, el anudamiento borromeano RSI (y sus avatares) como
soporte estructural del sujeto. Si es verdad que “el inconsciente es un hecho
nuevo e implica un desmentido a la antigua estructura sujeto-objeto”[2],
al introducir la topología en su enseñanza, Lacan llevó lejos la apuesta de
someter a revisión los postulados de la estética trascendental kantiana en lo
concerniente al sujeto y el objeto implicados en el espacio analítico.
Con todo, la insistente pregunta: ¿Y-esto-para-qué-sirve?, cuando se habla
de topología, resuena con una interrogación formulada por el propio Lacan: “¿es
verdaderamente necesario aprender topología para ser psicoanalistas?”, pregunta
cuya candidez se mostraba retórica en la inmediata respuesta que daba: “La
topología no es algo que debe aprender de más, de alguna manera, como si la
formación del psicoanalista consistiera en saber con qué pote de color fuera a
pintarse.” Y luego añadía: “es que la topología es la tela misma en la que [el
psicoanalista] corta, lo sepa o no. Poco importa que abra o no un libro de
topología, desde el momento en que lo que hace es psicoanálisis, es la tela en
la que corta, en la que se corta el sujeto de la operación psicoanalítica”[3].
Más cerca
de un savoir-faire que de un saber
teórico, entonces, lo importante es saber cómo y por dónde cortar: la eficacia del buen corte, que decía
Lacan.
Si hay un real en la experiencia analítica, ¿puede
decirse que hay experiencia del real? Advertidos de que “no hay topología que
no requiera sostenerse en algún artificio”[4],
la equivalencia –largamente sostenida por Lacan- entre topología y estructura
nos permitirá explorar respuestas en la construcción y el estudio de los
objetos topológicos que visitaron su enseñanza, objetos que –como una formación
del inconsciente- están ligados en primer lugar a la sorpresa.
“La
manera más simple de darles esta relación [entre el toro y cross-cap] es
recordarles cómo está construido el toro cuando se lo descompone bajo una forma
poliédrica, es decir reconduciéndolo a su polígono fundamental. Aquí, este
polígono fundamental, es un cuadrilátero…” J. L. (16/05/62)
Reuniones
quincenales a partir del viernes 19 de abril de 2013.
Horario: 17 a 19 horas
Lugar: Avenida Universidad
1900 Edificio 1. Salón de Usos múltiples de El Altillo. (Metro Miguel Ángel de
Quevedo)
Cuota: $200 por reunión
(estudiantes $100)
·
El
dispositivo de trabajo y la bibliografía se darán a conocer en la primera
reunión.
Contacto:
gab.meraz@gmail.com
[1] J. Lacan. Seminario “La
identificación” (inédito) 30/05/62.
[2] J. Lacan, Entrevista con
Pierre Daix, en “Claves del Estructuralismo”, Calden, Buenos Aires, 1969.
[3] J. Lacan. Seminario “El
objeto del psicoanálisis” (inédito) 08/06/66.
[4] J. Lacan. Seminario “Los
fundamentos del psicoanálisis” 27/06/64.
*Imagen de http://jmfavreau.info/research:illustration